Durante la mañana de este martes varios propietarios y representantes legales de la comunidad de Allà Dins han mantenido una reunión con el teniente de alcalde y concejal de Urbanismo de Sant Joan, Andreu Roig, además de un técnico externo, y la promotora que es propietaria de las instalaciones abandonadas del antiguo aparthotel, Siglo XXI S.L, que ha sido representado por su propietario, el empresario Paco Artal, acompañado de un abogado y un arquitecto.
Dicha reunión ha tenido dos vertientes. La primera de ellas ha sido la de tratar la peligrosidad y mal estado del lugar. Tal y como Periódico de Ibiza y Formentera se hizo eco el pasado lunes, las instalaciones del antiguo aparthotel están completamente destrozadas, con cristales rotos por doquier, sillas rotas y otros elementos peligrosos para quien pase por ahí, especialmente niños.
En ese punto, el Ayuntamiento ha exigido a la promotora la limpieza y adecuación del lugar «de manera urgente», a través de un decreto de alcaldía. Como ha explicado a este medio Andreu Roig, «se les dio un plazo de 72 horas para proceder a ello. Ellos consideraron que era insuficiente, y lo entendimos, pero les solicitamos que, como mínimo, presentaran el proyecto de limpieza en ese plazo de tiempo. Es algo que se ha de acometer de manera urgente».
Los vecinos, en este punto, se han mostrado conformes con la postura del Consistorio después de años en los que venían reclamando estas acciones: «Llevamos como mínimo desde 2018 presentando alegaciones que venían siendo ignoradas para que esto sucediera».
Ahora, los vecinos esperan que este plan de limpieza y vallado de la zona se ejecute y no se trate de «un lavado de cara» por parte de la promotora.
Conflicto
Las principales disputas entre los vecinos de la urbanización y la promotora vienen a raíz de la futura construcción de viviendas en el lugar, según la interpretación de las Normas Subsidiarias de Sant Joan. Los vecinos consideran que el límite para las nuevas viviendas debe situarse en 18, mientras que la promotora, por su parte, eleva la cantidad hasta las 69, algo que los vecinos consideran «una aberración urbanística».
Una de las propietarias de Allà Dins asegura que la promotora «está enrrocada en esa cifra y no está dispuesta a negociar», como a los vecinos les gustaría. Asegura, además, que quieren que la decisión se tome mediante una junta de propietarios, en la que «al tener el 41 por ciento del total de la propiedad les sería muy sencillo conseguir la aprobación mediante el voto del algún rentista».
Otro de los motivos de discordia entre vecinos y promotora es por la presencia de «Carlos, el chileno», como se hace llamar, un hombre que dice ser representante de la promotora y que ocupa la caseta contigua a las instalaciones. Según explican los vecinos, se trata de un hombre que les ha insultado y amenazado en repetidas ocasiones, incluso con bates de béisbol. La promotora parece desentenderse de la presencia de este hombre.
Los destrozos lo han hecho muchos de los argentinos que vivien en los apartamentos.