La indignación entre amarristas que mantienen sus embarcaciones en las instalaciones portuarias ahora gestionadas por PyLS no deja de aumentar. Es el caso de un usuario quien aseguró ayer a este rotativo que su lancha ha sufrido daños valorados en más de 30.000 euros al tener que permanecer todo el invierno en un amarre de Port Nàutic Ibiza sin ninguna medida de seguridad.
Según recordó este usuario, desde el verano su barco permanece precintado después de que la nueva gestora adoptara por sorpresa esta medida por desacuerdos en relación al pago de los amarres. Tras acudir el propietario de la embarcación a la Justicia, el Juzgado de Primera Instancia se ha declarado ‘no competente’ para resolver el caso, por lo que éste ha sido remitido a la Audiencia Provincial. Mientras tanto, el amarrista no puede hacer uso de su lancha de 48 pies.
«A finales de julio, llegué a un acuerdo directamente con Carlos Illa para pagar 2.100 euros y marcharme del Náutico. En el concepto, los nuevos gestores metieron 600 euros de agua y más de 400 de electricidad, cuando antes pagábamos 80 euros anuales de agua. Pasado un mes, no me aceptaron el pago y me aseguraron que había habido un error en la factura», relató ayer el afectado.
Esta persona explicó además que, por seguridad, numerosas embarcaciones –a excepción de la suya– fueron trasladadas durante a Marina Botafoc para protegerlas de los temporales de invierno. «Después de interponer la primera denuncia a través del seguro, ya no pude trasladar mi barco a Botafoc», insistió. El amarrista denunció que sólo en la popa su embarcación ha sufrido daños valorados en unos 30.000 euros. «Tenían una orden judicial de mantener el barco en un amarre seguro y a su medida. Si lo movían, yo debía estar presente. A comienzos de abril me llama Carlos Illa y me comenta que le da igual lo que diga el tribunal y que va a poner mi barco donde a él le dé la gana», afirmó esta persona, quien aseguró también que Illa le llegó a proponer trasladar el barco a un solar.
Según lamentó además, la prórroga concedida a la gestora demuestra que la Autoridad Portuaria «permite de todo y más» a la empresa PyLS puesto que los amarristas del Náutico no han dejado de detectar y denunciar incumplimientos durante este último año.
«Cada vez que pasa un ferry, no sé qué puede pasarle a mi barco», concluyó.
S DEN BOSSA ibizaLa verdad es que ha bajado mucho el nivel, no hay color. Hemos pasado del CNI, antiguo Club de Notables de Ibiza a una simple asociación de amarristas, y eso se nota, y así les va. Deberían relajarse un poquito, dejar de hacer ruido todos los días, prepararse con gente que entienda y sea capaz de reunir pasta para cuando salga el nuevo concurso, y en definitiva, empezar a trabajar en positivo.