El bullicio por las calles de la Marina es grande. La hasta hace apenas un par de meses silenciosa Plaça de sa Font ve pasar a decenas de personas que buscan compran un pequeño souvenir a modo de recuerdo de su breve estancia en la isla, se toman fotos en las coloridas calles colindantes o, sencillamente, dan un paseo o buscan cobijo de un calor asfixiante para encontrarnos todavía en el mes de mayo.
Y es que durante la jornada del miércoles han llegado al dique de Botafoc dos nuevos cruceros, ambos con una capacidad de pasaje por encima de las 6.000 personas. El primero en arribar era el Costa Toscana, que lo hacía pasadas las once de la mañana, y, poco después, era el turno del MSC Grandiosa, que lo hacía algo antes de las doce y media.
Con motivo de estas llegadas casi simultáneas, la zona de La Marina ha vivido una jornada frenética, como sucede cada vez que llegan dos buques con tanto pasaje. Y eso teniendo en cuenta que, justamente los miércoles se organizan muchas excursiones directamente desde el puerto hacia el mercadillo de Punta Arabí, en Es Canar.
Quienes más notan esta llegada repentina de turistas son los comerciantes de tiendas de souvenirs. Una de ellas, MariCarmen, explica que, precisamente estos cruceristas «son una de las grandes fuentes de clientes, siempre aprovechan para comprar algún recuerdo. Sin ellos no estaríamos vendiendo como lo hacemos».
De manera muy similar se expresa Ana, propietaria de otra tienda de souvenirs que asegura que «días como hoy, que llegan dos cruceros se trabaja a destajo y apenas se para. Aprovechamos para vender todo aquello que no podemos otros días.
Sin embargo, no todos comparten esa alegría. Y es que mientras que las tiendas de souvenirs sí que se ven muy beneficiadas de este público, los que venden otro tipo de productos aseguran que no notan tanto esta afluencia turística. Esto es lo que explica Ángeles, emplazada de una zapatería de la zona, pero en lo que coincide Cristina, encargada de una tienda de moda cercana. La segunda de ellas asegura que muchos de estos cruceristas «vienen ya con los gastos contados y no compran más que pequeñas cosas. No es una fuente de negocio más allá de alguna compra puntual.
Cruceristas
Entre estos recién desembarcados en Ibiza hay mucho público internacional pero también español. De Torrevieja proviene un grupo de seis amigos que viaja en el MSC, que lo cogieron en Valencia . No es su primera vez en Ibiza, lo cual celebran porque «al haber llegado algo tarde no tenemos tanto tiempo como nos gustaría».
De un pueblo de Granada proviene Teresa, que viaja con su marido y que también cogió ese mismo buque en la capital del Turia. Llevan recorrido Marsella, Génova, Palermo, Roma, y ahora les toca Ibiza. Un destino que aseguran que «no será la última vez» que visitan.
Gastan menos que Tarzán en corbatas. Me los he encontrado en un supermercado comprando refrescos y helados para consumir fuera en los bancos. Y otros saliendo de un bazar chino. Todos con las pulseritas de Costa Cruceros.