Un nuevo vertido de aguas residuales en el torrente de es Regueró ha provocado el cierre de la playa de s’Arenal, en Sant Antoni de Portmany, y «una mortandad de peces en la bassa des Regueró, situada junto a la orilla», según han enunciado desde Salvem sa Badia.
Sobre este nuevo episodio de contaminación, la entidad ecologista ha explicado que fue este lunes cuando miembro de Salvem sa Badia detectó el vertido y alertó al 112 de lo que estaba sucediendo, tomando muestras de agua en el punto donde la charca se encuentra con el mar. Según continúan explicando, desde el teléfono de emergencias se respondió que en ese momento había un incendio en la zona de Cala d’Hort, «que constituía lo prioritario en ese momento, y esta mañana el Ayuntamiento seguía sin tener conocimiento de los hechos», han señalado.
Este martes por la mañana, sobre las 11.00 horas, al ver que la playa seguía abierta, «y que había más de cien peces muertos en la Bassa des Regueró de la variedad moixò (Atherina boyeri) y que el agua contaminada ya manaba directamente al mar, algo que ayer no se pudo corroborar», desde la asociación han procedido a alertar a los socorristas del puesto cercano, que no tenían conocimiento del incidente y que han puesto en marcha el protocolo. También le han comunicado la situación al técnico municipal de playas y, sobre las 12.30 horas, la mitad de la orilla, desde es Regueró hacia el centro de Sant Antoni, ha quedado cerrada con bandera roja y al otro lado ondea la bandera amarilla.
Aunque ya este lunes por la tarde «la zona estaba tomada por una fuerte pestilencia», desde Salvem sa Badia afirman que aún se desconoce si el agua contaminada alcanzó la orilla. Desde la entidad ecologistas aprovecharon para tomar muestras en el citado punto, que ahora un laboratorio tiene que analizar. Sin embargo, «en la segunda visita realizada hace pocas horas, el vertido ya fluía directamente al mar y el episodio de contaminación era evidente», han lamentado.
Desaladora
Salvem sa Badia, atendiendo a otro aviso de un vecino, acudió este lunes por la tarde a la zona de la desaladora de Sant Antoni, en el entorno de Cala Gració, donde pudieron comprobar cómo se producía un vertido de salmuera a través de un registro en las rocas, que acababa derivando al mar.
La salmuera constituye un peligro para la flora y la fauna, ya que los elevados niveles de salinidad provocan el deterioro de los ecosistemas marinos.