«Construido con un nivel de acabado muy alto y moderno, esta propiedad cumplirá con las exigencias más altas», así reza el anuncio de venta de un apartamento en Playa d'en Bossa de 129 metros cuadrados por un precio de 2,3 millones de euros.
Este es un nuevo ejemplo de la reconversión de zonas habitadas normalmente por personas de clase trabajadora en alojamientos de lujo, forzando la inclusión de sectores económicos privilegiados por encima del derecho a la vivienda a un precio razonable de la población trabajadora, con el beneplácito de las Administraciones y con un margen de beneficios envidiable por parte de las inmobiliarias que se multiplican en cada esquina ante los ojos atónitos de los residentes.
Esta misma inmobiliaria promociona otras viviendas en el norte de la isla, algunas de las cuales alcanzan los 35 millones de euros, y otras en la península, como por ejemplo un apartamento reformado en Cambrils de menos de 80 metros cuadrados por casi 700.000 euros, cifras inauditas para el mercado inmobiliario.
La acaparación de inmuebles y terrenos por parte de grandes fortunas y su capitalización hacia sectores exclusivos genera malestar social debido a la imposibilidad de la clase trabajadora de siquiera alquilar una vivienda. Este acopio de viviendas para su revalorización infla el mercado y contribuye a una burbuja que podría explotar trayendo muchos problemas económicos a la población local, tendencia que ya ha comenzado en sectores exclusivos como por ejemplo el alquiler de villas de lujo, que este año ha sufrido un fuerte golpe en la demanda.
Mientras tanto, los trabajadores se aglomeran en infraviviendas ante el riesgo inminente de incendio, con sus familias y mascotas a cuestas, y caravanistas reciben multas por estacionar en terrenos rurales. El precio de la vivienda, lejos de bajar, sigue aumentando sin horizonte a la vista y sin nadie que se decida a ponerle freno.
Esta vivienda es claro ejemplo de cómo la avidez de las inmobiliarias y constructoras va cercando cada verano un poco más a las zonas todavía no gentrificadas, refugios de trabajadores que constituyen ahora los únicos lugares donde encontrar una vivienda a precios asequibles. Figueretas y Playa d'en Bossa constituían dos de esos núcleos. La tendencia a la alza de precios continúa inexorable ante la apertura de hoteles y centros comerciales de lujo en Playa d'en Bossa, y ahora amenaza con llevarse por delante Figueretas.
,,y yo sigo pensando, el por qué en ninguna construcción de este tipo, encuentran restos arqueológicos,,