Tras diez años explotando una vivienda turística con licencia, a Toni le invade una gran sensación de impotencia. El motivo es lo sucedido con sus últimos clientes: un conocido Dj y sus acompañantes que acabaron invitando a más de 100 personas a la casa, causando daños valorados en más de 4.000 euros.
Según relató primero en un escrito y después en una conversación con Periódico de Ibiza y Formentera, hace unos días aceptó una reserva de última hora para tres días. Al final, resultaron ser seis jóvenes alemanes «con muchas ganas de fiesta».
Llegaron a su vivienda el pasado 6 de septiembre y, de inmediato, los excesos comenzaron a evidenciarse. Mientras Toni trabajaba en su finca, ya pudo ver cómo una cocotera situada junto a la piscina de la casa alquilada era «zarandeada» por los seis huéspedes, algunos de los cuales incluso se habían subido a ella.
«Subí a llamarles la atención, los encontré completamente desnudos y con apariencia enloquecida. Dejaron de hacerlo, pero la cocotera, rotas las raíces, ya no tiene salvación. Puro vandalismo», lamentó ayer Toni, quien afirmó que, en diez años, es la primera vez que sufre algo similar.
Este propietario, rápidamente, les pidió que abandonaran la casa, aunque los huéspedes se negaron y aseguraron que ya no iban a causar más problemas durante su estancia. Nada más lejos de la realidad.
La agencia con la que este vecino trabaja le dijo además que, como propietario, sólo podía aguantarse y desear que pasaran pronto los tres días.
«El domingo no se fueron. La agencia me trasladó que no se iban a ir y me reiteró que yo no tenía opciones y que la Policía no haría nada. Hicieron ruido toda la jornada, teniendo invitadas y estando de guateque todo el día», relató.
Sorprendentemente, el lunes llegaron a la vivienda más personas con maletas.
El propietario descubrió entonces cómo en la entrada de la finca habían roto y arrancado los azulejos que indicaban el nombre del lugar. Toni avisó a la Guardia Civil, «que se personó por la tarde, justo cuando no había nadie. Me instruyeron para poner la denuncia correspondiente».
Era la noche del martes cuando Toni comenzó a escuchar un gran bullicio, viendo cómo a la finca empezaban a llegar microbuses y furgonetas que pudieron trasladar a unas 100 personas. Tras avisar a la Policía Local, y con toda la sorpresa del mundo, Toni tuvo que escuchar que no podía entrar en su vivienda para parar la fiesta. La Policía, además, le dijo que tampoco los agentes podían entrar puesto que el ruido no sobrepasaba los límites en el exterior y, según le aseguraron, no se molestaba a nadie. «¿Quién tiene que actuar en estos casos?. La Policía me dijo que no podía entrar y que mejor no hubiera alquilado. Esa fue su solución», lamentó.
Al día siguiente, los inquilinos se fueron a la hora prevista, dejaron mucha basura y daños valorados en 4.707 euros. «Han roto una serie de cosas. Hay 1.000 euros de fianza que me los ha ingresado la agencia, pero falta dinero que a ver quién lo paga. Esto es vandalismo puro», insistió.
«Mi conclusión es que el sistema legal que tenemos no sirve. Montan una fiesta de unas 100 personas, a todas luces ilegal, y no podemos hacer nada, sólo esperar a que acabe. Es más, la autoridad nos leyó la cartilla informando detalladamente de los delitos en los que podríamos incurrir si teníamos la mala idea de entrar en la propiedad para detener la fiesta. Me siento muy desamparado», concluyó Toni, quien reiteró la sensación de «rabia e impotencia» que tiene ahora mismo.
Este ciudadano quiso dar a conocer los hechos para intentar remover conciencias y abrir un debate social sobre la indefensión que, en muchas ocasiones, sufren los propietarios.
Tampoco es tanto 4.000 euros..para lo que debe cobrar este hombre