A pocos minutos de que diesen las 19:00 horas, el paseo de Vara de Rey acogía ya diversas banderas y pañuelos palestinos, pancartas e instrumentos de percusión por la concentración en favor de la flotilla humanitaria con 500 miembros, 30 de ellos españoles, y 2 ibicencos.
¿El motivo de la concentración? La Global Sumud Flotilla –interceptada la noche anterior por el ejército israelí– despertó en más de 400 personas, según los organizadores, la simpatía para unirse para protestar la inacción gubernamental de todos los países con ciudadanos en dicha misión humanitaria.
Ante la ruptura por parte de Israel de las leyes establecidas por la convención de Ginebra de 1949 –en la cual se establecen las normas del derecho internacional humanitario para proteger a víctimas de los conflictos armados–, activistas, músicos, profesores, estudiantes y ciudadanos de todos los estratos estuvieron más de 2 horas haciendo retumbar el concurrido paseo de la ciudad de Ibiza con poesía, música, discursos y cantos contra el genocidio cometido contra el pueblo palestino.
La concentración terminó como empezó: pacíficamente y esperando una respuesta por parte del Gobierno Español.
A la hora de la redacción de este artículo, Israel ha confirmado la interceptación de todos los barcos de la flotilla. Sus miembros serán trasladados a la prisión de Saharonim, en el desierto del Neguev, al sur de Israel, según confirmó Cadena Ser.
Se espera que su deportación se produzca entre el lunes y el martes. No es la primera vez que una flotilla trata de romper el bloqueo que se cierne en torno a Gaza: la primera se produjo en 2010. La flotilla sufrió un ataque por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés). En aquel ataque murieron nueve activistas y un periodista, además de una treintena de heridos. Uno de esos heridos fallecería cuatro años después, tras haber permanecido todo ese tiempo en coma.
La segunda flotilla de la libertad zarpó en junio de este mismo año. En aquella ocasión la activista sueca Greta Thunberg se embarcaba en el Madleen, un navío que transportaba toneladas de alimentos y medicinas para la población gazatí.
Tras la interceptación de los más de 50 navíos que conforman la Global Sumud Flotilla, otros barcos ya han confirmado que se encuentran, de nuevo, navegando con rumbo a Gaza. Si bien los activistas son conscientes de que no podrán desembarcar en las playas gazatíes, se trata de un intento por parte de la población civil de exponer los crímenes de lesa humanidad que suponen el hecho de prohibir el acceso de ayuda humanitaria a la franja e interpelar a los gobernantes de los países occidentales a actuar contra la «inanición calculada» que impone Israel a los ciudadanos palestinos, ya denunciada ante los tribunales internacionales como la Corte Penal Internacional.
Perroflautismo de manual