Un primer contingente de la Unidad Militar de Emergencias (UME) abandonaba la isla de Ibiza durante la mañana del pasado viernes tras tres días de duro trabajo. El diluvio del 30 de septiembre, con más de 300 l/m² recogidos en la capital ibicenca, provocó el caos en una isla poco acostumbrada y preparada para precipitaciones de este calibre.
A las cuatro de la tarde del pasado martes, el perfil oficial de la UME publicaba unas imágenes con unidades del tercer batallón de la UME saliendo de su base en Bétera (Valencia) para embarcar rumbo a Ibiza y colaborar con las autoridades tras las inundaciones sufridas. Apenas habían pasado un par de horas desde que la Aemet activara el aviso rojo a mediodía por lluvias torrenciales en las Pitiusas. ¿Por qué llegaron tan rápido los refuerzos de la UME? La respuesta es sencilla: la colaboración entre administraciones funcionó y todos los políticos con responsabilidades supieron estar a la altura de las difíciles circunstancias.
El lunes 29 de septiembre, la Dirección General de Emergencias del Govern activó la alerta naranja por fuertes lluvias y tormentas en Ibiza, Formentera y Mallorca durante la madrugada del día siguiente. Previsiones que finalmente se cumplieron en las Pitiusas, donde cayeron hasta 74 litros/m2 en el aeropuerto, 66 en Sant Antoni o 54 en Vila.
Pese a que la Aemet rebajó el aviso a amarillo en las Pitiusas a primera hora de la mañana del martes, Emergencias continuó monitorizando la evolución del fenómeno meteorológico y decidió seguir con la alerta naranja (IG-1 del plan Meteobal) por lluvias y tormentas. La lluvia volvió a hacer acto de presencia en las Pitiusas poco después de las 9:30 horas. Y no paró. La Aemet activó el aviso naranja a las 10:48 horas y el rojo, a las 12:00 horas ante la evidencia de que la borrasca había dejado ya registros de récord. A las 15:00 horas, la Aemet registraba 236 litros/m2 en Vila, 135 l/m2 en el aeropuerto y 98 l/m2 en Formentera.
Quince minutos antes de que la Aemet activara el aviso rojo, sobre las 11:44 horas, el director general de Emergencias, Pablo Gárriz, desde el Comité Técnico Asesor y ante la evidencia de que en Eivissa todo empieza a inundarse, decide activar el Plan Inunbal en situación operativa 1 (SO-1) y da instrucciones para contactar con la UME. De hecho, se realizan dos llamadas: una al máximo responsable del contingente de la UME establecido en sa Coma para la temporada de alto riesgo de incendios para avisarle que serían necesarios sus servicios y otra al subdirector general de Protección Civil para decirle que va a recibir de forma inminente una petición de apoyo extraordinario. Dos llamadas que realiza el propio Gárriz para agilizar los trámites administrativos.
Al mismo tiempo, y antes incluso de que la Aemet declarara el aviso rojo, desde Emergencias se preparó el mensaje para enviar a través del Es-Alert, que se envió a la población a las 12:08 minutos. Además, Emergencias decide activar la situación operativa 2 (SO-2) del Plan Inunbal en Ibiza, lo que permite al Govern asumir el mando y tomar decisiones como la restricción de movimientos de la población y la activación extraordinaria de medios.
Gárriz realizó una tercera llamada antes de las 12 del mediodía, en este caso a la vicepresidenta Estarellas, para comunicarle que se iba a activar el SO-2 del Inunbal y que se iba a enviar el mensaje a través del Es-Alert, a lo que Estarellas dio su visto bueno mientras se trasladaba del Parlament a la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi). Una reunión a la que una hora después también se unieron la presidenta del Govern, Marga Prohens, y el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí. Ambos abandonaron la sesión del Parlament para ello.
La ayuda de Baleària
La activación de la UME planteaba un problema logístico para que su llegada a la isla fuera lo antes posible. El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, puso en contacto a la presidenta Prohens con el presidente de Baleària, Adolfo Utor, quien accedió a la petición de ayuda y retrasó la salida del ferri de Denia a Ibiza una hora para que un primer contingente del tercer batallón de la UME con 140 soldados a bordo y numerosa maquinaria pudiera embarcar.
Baleària también desplazó el Nixe, que habitualmente hace la ruta entre las Pitiusas, desde Formentera hasta Palma para el embarque de efectivos de bomberos, Guardia Civil, Ibanat, Ejército de Tierra y voluntarios de Protección Civil.
En este sentido, cabe recordar el enfrentamiento judicial que mantienen la naviera y el Consell d’Eivissa en relación a la limitación de entrada de vehículos que este verano se ha puesto en marcha en la isla de Ibiza. Un conflicto que ante la situación de emergencia quedó a un lado por el bien general de la población.
A primera hora de la tarde, Prohens se desplazó a Ibiza junto a Vicent Marí. También lo hizo del delegado del Gobierno en Baleares, Alfonso Rodríguez Badal. Todos ellos destacaron la coordinación y colaboración entre administraciones de distinto color político a la hora de sumar esfuerzos para solventar los incidentes provocados por las lluvias torrenciales. 72 horas después, la emergencia quedó desactivada y la normalidad, relativa, volvió a Ibiza.