Cáritas Ibiza ha celebrado esta mañana, en el paseo de Vara de Rey, la Campaña de Personas sin Hogar, una cita anual que busca dar visibilidad a la realidad de quienes viven sin techo y sensibilizar a la ciudadanía sobre la necesidad de garantizar una vivienda digna para todos.
La actividad forma parte de la campaña estatal «Sin hogar, pero con sueños», impulsada por Cáritas Española, que recuerda que las personas sin hogar también tienen vida, derechos, emociones y esperanzas. La jornada ha reunido a usuarios del centro de día de personas sin hogar, a voluntarios y a vecinos que se han detenido a escuchar testimonios y participar en las actividades organizadas por la entidad.
Más allá de las cifras, el mensaje que Cáritas ha querido transmitir hoy es que detrás de cada historia de sinhogarismo hay una persona con nombre propio, con una trayectoria vital y con sueños que siguen vivos.
Un lugar para ricos
Entre quienes han compartido su experiencia se encontraba David, un hombre que llegó hace algo más de un año desde Valencia para trabajar como cocinero en Es Canar. «En el trabajo me dieron una habitación, pero cuando terminó la temporada me encontré en la calle», explica. Desde entonces vive en una tienda de campaña.
«En Cáritas me ayudan con un desayuno y un plato de comida, ropa, una ducha…», cuenta. Sin embargo, la situación no ha mejorado: «Este año no he tenido la oportunidad de trabajar. En la situación en la que me encuentro es difícil que te contrate alguien. Es la pescadilla que se muerde la cola».
David lamenta la falta de opciones de vivienda asequible: «Me han llegado a pedir hasta 1.200 euros por una habitación. Ibiza se ha vuelto un lugar solo para los ricos. Están echando de la isla a la clase trabajadora».
Con una mezcla de resignación y esperanza, explica su plan: «En cuanto logre ahorrar algo de dinero volveré a Valencia. Quien tiene el poder en Ibiza solo quiere a la gente con alto poder adquisitivo».
La precariedad se combina con el miedo: «El miedo que tengo al vivir en una tienda de campaña es al Ayuntamiento, que te puede multar. La gente suele respetarnos por la situación en la que nos ven. Si no quieren chabolismo, que garanticen vivienda digna: ¡lo pone en la Constitución!».
Invisibles
Hugo Fernando, llegado desde Colombia hace ocho meses, también compartió su historia. «Soñaba con venir a Europa desde Colombia, pero al llegar uno se da cuenta de la realidad: cuando no tienes papeles te conviertes en invisible para el resto del mundo».
Pasó sus dos primeros meses en Elche, sin conseguir un solo día de trabajo. «Allí todo el mundo hablaba de Ibiza, donde había mucho empleo, y decidí venir», explica. Sin embargo, la realidad volvió a ser dura. «Al llegar a Ibiza uno se da cuenta de que la situación del empleo cuando no tienes papeles es muy complicada. Gracias a Dios fuimos a Cáritas, donde nos están ayudando desde el primer momento, al igual que Cruz Roja y los demás servicios sociales de la isla. Si no fuera por ellos, la isla se llenaría de gente en la calle».
La vivienda, añade, es otro gran obstáculo: «El problema de la vivienda es uno de los temas más complicados en Ibiza y el empadronamiento es fundamental para encontrar trabajo». Sin embargo, sin papeles no puede empadronarse.
Durante los casi siete meses que lleva en la isla, apenas ha podido trabajar. «Solo he hecho dos trabajos de limpieza, uno de ocho horas y otro de diez. No he podido hacer más. En Ibiza hay mucho trabajo, pero cuando no tienes papeles es como si no hubiera».
Actualmente vive también en una tienda de campaña junto a un compañero. «Gracias a Dios pudimos ubicarla en un lugar discreto y seguro», comenta con cierta calma, aunque su mirada refleja la incertidumbre de quien no sabe cuánto tiempo podrá resistir así.
«Existimos»
A sus 65 años, ‘Papi’ es uno de los usuarios más veteranos de Cáritas en Ibiza. «Llevo más de 20 años como usuario. Me han dado desayuno y ropa durante más de dos décadas; ya os podéis imaginar el apoyo que me han dado y el agradecimiento que les tengo», dice emocionado.
Ha pasado por muchas etapas difíciles: «He vivido en tiendas de campaña y hasta en la cueva de Sa Pedrera, pero ahora tengo la suerte de que me han acogido en el albergue tras salir del hospital después de superar una neumonía».
Su vida laboral se truncó hace años: «Trabajé mientras pude como camarero o en la obra, pero tengo una discapacidad que me impide trabajar. Desde que tengo el VIH mi vida entró en barrena y no he podido volver a trabajar».
«Es importante concienciar con el VIH y que los chavales tengan cuidado, ¡por favor!», insiste. Denuncia además el estigma social: «El VIH sigue suponiendo un estigma, pero vivir en la calle también. A nadie, ni a la gente ni a los negocios, le gusta tener a alguien sentado en el suelo pidiendo dinero. En este estado del bienestar y de la cultura de la crueldad no somos bienvenidos, sin embargo existimos y aquí estamos».
Antes de despedirse, ‘Papi’ lanza un mensaje personal que deja un nudo en la garganta: «Lo único que le pido al futuro es que aparezca Janis, mi compañera desde hace nueve años, una setter pelirroja que se perdió hace un mes por la zona de Santa Gertrudis. Estoy muy triste sin ella. Si alguien la ve, que la lleve al veterinario (tiene chip a mi nombre) o a Cáritas. Se lo ruego».
Realidad diversa
Desde el otro lado del mostrador, Nieves Nieto, trabajadora social del centro de día de Cáritas Ibiza, confirma el aumento de personas atendidas. «Durante el año pasado atendimos a 231 personas, de las que 55 hicieron uso de nuestro comedor social», explica. «Ha crecido sustancialmente el número de personas que acuden a Cáritas. Hay mucha gente que viene a Ibiza creyendo que es fácil encontrar vivienda y trabajo y al final, por mucho que puedan encontrar trabajo, sin vivienda es muy difícil poder mantenerlo».
Nieves señala además un círculo vicioso burocrático que atrapa a quienes llegan sin papeles: «Hay mucha gente en situación irregular que necesita empadronarse para conseguir el NIE, pero para conseguir el NIE deben estar empadronados. Esto es una gran problemática para quienes vienen a buscarse una vida mejor».
«No tenemos un perfil de usuario concreto», aclara. «Desde personas nacionales a extranjeras; desde quien tiene trabajo pero necesita ayuda igualmente, a menores no acompañados que vienen en patera».
La rutina del centro de día está pensada para ofrecer algo más que ayuda material. «Cada mañana, de 8 a 10 ofrecemos el servicio de desayunos y, desde las 10 hasta las 13 horas, tenemos un espacio donde pueden quedarse, además del centro de acogida o del centro de empleo donde se les asesora para, por ejemplo, elaborar un currículum. A partir de las 13 empieza la hora del comedor».
Abanico de perfiles
Lorena Martín, responsable del centro, subraya que la crisis de la vivienda ha cambiado el perfil de los usuarios: «La crisis de la vivienda ha hecho que el abanico de perfiles se abra. Anteriormente atendíamos a una mayoría de personas inmigrantes e indocumentadas y ahora a una gama mucho más amplia, como mujeres con hijos que han sido desahuciadas».
Además, señala que el fenómeno migratorio se refleja directamente en los servicios sociales: «Con el gran número de pateras que está llegando, también tenemos a muchos de esos menores que, en cuanto cumplen 18 años, vienen directamente a Cáritas con las maletas».
Más allá del techo
El próximo domingo 26 de octubre, coincidiendo con el Día de las Personas sin Hogar, las celebraciones litúrgicas en toda la diócesis pondrán el foco en esta realidad. Desde Cáritas se recuerda que el sinhogarismo no se limita a la falta de un techo, sino que implica la ruptura de vínculos y la pérdida de derechos.
Con la campaña «Sin hogar, pero con sueños», la organización quiere cambiar la mirada social, reivindicando que tener un hogar no es un privilegio, sino un derecho humano. Las historias escuchadas hoy en Vara de Rey son el mejor recordatorio de que, pese a las dificultades, nadie debería quedarse fuera de la casa común que es nuestra sociedad.
Para el que habla respondiendo a Soy Facha, sin nombre. El extranjero compra cualquier cosa que ve en España y es más, son la mayoría que está comprando pisos en zonas alejadas de grandes urbes en península. Eso no se puede permitir. Y tú querido amigo Pedro el defraudador y su familia putera, se está llenando los bolsillos de dinero gracias a retrasados como tú. Que le siguen cual ultra futbolístico de igual lo que haga. Prohibición absoluta de compra de vivienda por extranjeros y alquiler reducido al que tenga papeles en regla y trabajo. Verás tú cómo la isla sale de su miseria.