El Ayuntamiento de Ibiza ha sacado a licitación el proyecto de mejora y sellado de la red de alcantarillado de la ciudad para evitar las filtraciones de agua de mar. Unas reparaciones que se llevarán a cabo a lo largo del kilómetro de tuberías que discurre desde la avenida de Santa Eulària hasta el Paseo Juan Carlos I. Así lo anunció este viernes el concejal de Medio Ambiente, Jordi Grivé, que ha explicado que el coste de esta intervención será de 1,9 millones de euros, financiados a través del impuesto de turismo sostenible (ITS). El plazo de ejecución ha sido fijado en cinco meses.
Las filtraciones de agua de mar en la red de alcantarillado provocan que el agua llegue a la depuradora con un índice de salinidad demasiado elevado. Esto tiene como consecuencia que, aunque el agua sea depurada, no pueda ser reutilizada. La reutilización es el objetivo final para poder lograr cerrar lo que ahora se conoce como «el ciclo del agua».
A la hora de redactar este proyecto, el Ayuntamiento revisó la red y encontró cinco puntos donde las filtraciones eran especialmente graves. Por ello, se decidió intervenir de forma urgente, logrando una reducción de 2.000 metros cúbicos diarios de agua salada.
«Ahora viene el grueso del proyecto», afirmó Grivé, «se reparará prácticamente un kilómetro de red con diferentes métodos». Así, ha añadido el edil, está prevista, entre otras actuaciones, la sustitución de cañerías y la impermeabilización interior. Además, se intervendrá también en 30 pozos de saneamiento que están igualmente afectados por estas infiltraciones de agua salada.
«El agua llega salada a la depuradora y el proceso de depuración no es bueno», ha insistido Jordi Grivé, «no se puede reutilizar el agua depurada porque está salada. Esto supone, además, un gasto inútil de energía».
El responsable municipal de Medio Ambiente ha lamentado que no se haya intervenido antes en la red para evitar este grave problema. Grivé aseguró que esta situación no es nueva: «Este problema no es de ahora. No entiendo por qué no se ha atacado antes». Y añadió: «No podemos permitir volver a llegar a este extremo. Han sido muchos años de dejadez».
Pero reparar la red no será suficiente. Y es que antes será necesario que el Govern construya las infraestructuras pertinentes para que el agua depurada pueda ser reutilizada en Vila. El Ayuntamiento ya ha instado al Ejecutivo autonómico a actuar en este sentido. «El Govern está licitando ahora pequeñas plantas de regeneración», afirmó Grivé, «y la nueva contrata del agua de Ibiza (cuya adjudicación podría llevarse a cabo antes de que acabe este año) se hará cargo de algunas de estas obras. Cuando se construyó la nueva depuradora, Santa Eulària aprovechó para que se construyera también el tubo que que llevará el agua regenerada hasta allí pero Vila no lo hizo».
El agua regenerada, explicó finalmente Grivé, se utiliza sobre todo para baldeo de las calles y riego de jardines. En el caso de Vila, el Ayuntamiento considera que, una vez que pueda emplear el agua depurada, le sobrará una cantidad indeterminada que podría ser destinada a rellenar los acuíferos. «Hay que evitar tirar al mar agua que está bien depurada. Es más adecuado rellenar los acuíferos con este agua que con agua desalada. Además, un agua mal depurada no puede ir al mar y un agua bien depurada no debe ir al mar», según concluyó.