No ha podido ser. Aunque la ciudad de Ibiza logró situarse entre las ocho finalistas al premio de capital europea del turismo verde e inteligente, otorgado por la Comisión Europea, el galardón ha recaído finalmente en Dubrovnik, la joya croata conocida como La Perla del Adriático y que, desde 2017, ha regulado de forma muy estricta el turismo.
Vila dio a conocer en la última World Travel Market de Londres su candidatura a este reconocimiento. En septiembre ya había sido elegida como finalista por la Comisión Europea, junto a Dubrovnik, Geestland (Alemania), Laois (Irlanda), Mariagerfjord (Dinamarca), Marmaris (Turquía), Rebild (Dinamarca) y Tartu (Estonia). En aquel momento, el alcalde de Ibiza, Rafa Triguero, explicó que la nominación demostraba «una vez más el compromiso del Ayuntamiento con la modernización de la ciudad hacia un modelo más amable, acogedor y sostenible». Ibiza, añadió el primer edil, «camina hacia un futuro en el que el respeto al entorno y la innovación serán las claves del bienestar de residentes y visitantes».
Triguero viajó el martes a Bruselas acompañado del concejal de Turismo, Rubén Sousa. Tras la elección de Dubrovnik, el alcalde ha asegurado que el hecho de haber sido finalista es «un reconocimiento al trabajo» que se está realizando en Ibiza. «Llegar a la fase final», ha añadido, «refleja el compromiso constante de nuestra ciudad con un modelo turístico responsable, con un modelo turístico innovador y respetuoso con todo nuestro entorno natural, nuestra litoral y nuestro patrimonio».
El alcalde también ha asegurado que ser elegido finalista por la Comisión Europea «consolida Ibiza como un referente europeo en sostenibilidad».
La ciudad de Dubrovnik, cuya popularidad creció como la espuma al ser popularizada por la serie Juego de Tronos, tuvo que estar a punto de perder el título de Patrimonio de la Humanidad en 2017 para cambiar totalmente sus políticas turísticas. Así, el Ayuntamiento dirigido por Mato Frankovic, puso en marcha el proyecto Respect the City, con medidas como el límite de cruceros, no admitiendo más de dos al día. También implantó horarios para visitar las murallas y museos; redujo un 30% el espacio ocupado por las terrazas y eliminó los puestos de venta de souvenirs de las plazas. Además, el Ayuntamiento lleva a cabo desde entonces una política de compra de viviendas dentro del recinto amurallado para destinarlas al alquiler para familias jóvenes a precios asequibles. Y a esto ha sumado otros proyectos como la creación de un colegio dentro de un palacio histórico, dando así más vida comunitaria a este entorno, según recogen diversos medios.
Ja ja ja pero en serio alguien se pensaba que había la más mínima posibilidad? No cuela. Ni verde, ni sostenible. Más bien al contrario. Vergüenza de políticos, hacéis el ridículo y os pensáis que los ciudadanos somos idiotas.