El juicio contra la mujer acusada de asesinar a un anciano tras, presuntamente, quemar su vivienda contó ayer con la declaración de numerosos agentes implicados en el caso. También, con la participación de otra de las hijas de la víctima quien, muy emocionada, se refirió a lo sucedido en su familia y a la difícil situación que, por cuestiones de salud, estaban atravesando en el momento de los hechos.
Entre otras cosas, relató cómo la acusada se instaló en la vivienda de sus padres al mantener una relación con su hermano. Desde el principio, la mujer «en diez días estaba ya tomando decisiones que la familia no autorizaba. Era como si, de repente, hubiera tomado el control de todo».
Cuando la hija expuso la situación al padre, éste le reconoció que habían desaparecido cosas de la casa como su alianza. «No sabíamos cómo deshacernos de ella», afirmó.
La testigo se refirió al intento de suicidio de su hermano y lamentó el extraño comportamiento de la acusada aquel día. Según explicó, su padre le llegó a asegurar que la inculpada le reclamó acceder a las cuentas bancarias afirmando que se iba a hacer cargo de todo. Por ello, él pidió a su hija que «sacara a ese bicho» de allí. La familia, incluso, pensó que la acusada había instigado a su pareja para que se quitara la vida.
«Cada poro de mi piel me decía que era una persona peligrosa», relató la hija.
Días después, la acusada llamó a la testigo y le dijo que «os habéis reído de mí, pero no sabéis con quién estáis jugando. Quiero que me paguéis 500 euros o, si no, os vais a enterar».
La hija, que acababa de ser operada el día del suceso y permanecía ingresada, afirmó que «tendría que haber denunciado y cambiado la cerradura, pero no sabía que había una persona que nos iba a hacer daño. La maldad existe. Cuando me avisaron, supe que el incendio había sido provocado. Tuve miedo por mis hijos y por mi hermana. Sabía que quien nos había hecho eso nos odiaba y que iba a ir a por todos», ha añadido.
Testimonios
En cuanto a las declaraciones de los agentes, dos de ellos habían realizado en la noche del suceso la primera inspección ocular de la casa y confirmaron que, de inmediato, observaron la existencia de indicios de criminalidad en los hechos.
Según relataron ante el jurado popular, en esa primera inspección descubrieron los cojines apilados bajo el depósito de gasolina del vehículo que se guardaba en el garaje. Probablemente se utilizaron con intención de hacer explotar la vivienda, aunque los cojines no ardieron por completo. El salón de la casa, el otro foco del incendio, sí resultó «bastante afectado» por las llamas, según explicaron también. Los guardias civiles señalaron que es «curioso y relevante» que se hallaran los cojines a medio quemar alejados del resto de focos, lo que apuntaba a una clara intencionalidad del incendio.
Cabe recordar que la Fiscalía reclama para la acusada prisión permanente revisable.
Otro de los agentes, que había tomado declaración a la hija de la víctima, explicó cómo ella le reconoció desde el primer momento sus sospechas hacia la acusada.
En la sesión declaró además el hijo de la persona investigada quien manifestó que su madre era «una persona normal», a pesar de sufrir un trastorno esquizoafectivo. El testigo relató cómo su madre había sufrido años atrás amenazas y un intento de atropello por parte de una expareja, lo que provocó en ella «más miedo a salir». Por tanto, desde aquel momento dejó de hacerlo «en horas punta». El hijo desconocía la relación de su madre con el hijo de la víctima.
Es una historia muy truculenta y en prensa no se explica ni la mitad. Hay mucho que contar... Pero no sólo de la acusada... A veces se junta "el hambre con las ganas de comer".