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25-N

La desconfianza institucional entre las jóvenes de Ibiza frena la petición de ayuda ante casos de violencia

Alumnado de la Escola d’Arts de Ibiza presenta la campaña de sensibilización contra la trata de personas con fines de explotación sexual ‘Las múltiples caras de la exclavitud sexual’

Un momento de la charla conjunta sobre violencia de género en el Casal de Igualdad | Foto: Vanessa Hernández

| Ibiza |

La brecha entre las jóvenes de Ibiza y las instituciones encargadas de protegerlas frente a la violencia de género continúa ampliándose. Así se puso de manifiesto durante la jornada de sensibilización contra la trata de personas con fines de explotación sexual celebrada en el Casal de Igualdad del Ayuntamiento de Vila. Esta iniciativa está dentro del marco de la campaña Las múltiples caras de la esclavitud sexual, presentada ayer por el alumnado de la Escola d’Arts de Ibiza que participó en dicho proyecto coordinado por la profesora Magui Ruesga.

La sesión, que reunió a estudiantes, profesionales del sector social y responsables municipales, evidenció el peso que tiene la desconfianza juvenil hacia los procedimientos oficiales y el «enorme desafío» que afrontan administraciones, servicios sociales, cuerpos policiales y órganos judiciales.

Tras la ponencia Periodismo que repara. Buenas prácticas frente a la violencia sexual y la trata, impartida por la experta Rocío López, se celebró un debate entre las asistentes en el que Lourdes García, directora de la Oficina de la Dona del Consell de Ibiza, subrayó el papel clave que han desempeñado los medios de comunicación a la hora de cambiar la mirada social sobre la violencia de género.

Cambio de perspectiva

Un cambio de perspectiva que, según indicó, es necesaria también en la consideración de las víctimas de explotación sexual porque falta concienciación sobre este tipo de violencia.

«El enfoque, el lenguaje y la ética informativa son responsabilidad de quienes narran estas realidades, pero también un instrumento para impulsar cambios sociales y proteger a las víctimas», señaló, destacando que uno de cada cinco hombre reconoce consumir prostitución.

«Tienes que justificar siempre todo lo que estás diciendo porque, si no, no te van a creer y te van a odiar»,

Esta charla desencadenó un debate espontáneo entre las participantes. En este sentido, una de las alumnas de la Escola d’Arts de Ibiza expuso con crudeza la percepción de su generación. «Tienes que justificar siempre todo lo que estás diciendo porque, si no, no te van a creer y te van a odiar. Incluso aunque presentes pruebas – capturas de pantalla, fotos, lo que sea – siempre habrá quien diga que te lo inventas», destacó.

La estudiante relató el caso de una amiga que denunció en redes sociales los abusos sufridos por parte de un adulto extranjero cuando ella era aún menor. «Tuve que ayudarla a recopilar todo, decirle que debía recurrir a cualquier vía – de su gobierno o del nuestro – para saber qué podía denunciar y cómo prepararlo. Y aun así, incluso con pruebas, no salió bien. Esto explica por qué muchos jóvenes no confían en los procedimientos», manifestó esta joven. Su testimonio introdujo la idea central de la jornada: la distancia entre el mundo digital – donde los jóvenes comparten sus experiencias, se desahogan y buscan apoyo – y las vías institucionales, mucho más formales y lentas. «La vía ordinaria no se les pasa por la cabeza», lamentó Tonyi Ferrer, trabajadora de la Oficina de la Dona. «Hay una brecha tan grande que no quieren salir del mundo digital. Tenemos que restablecer la confianza y encontrar la forma de llegar a ellos. Es una tarea pendiente y necesaria», apuntó.

La percepción de que las instituciones – juzgados, servicios sociales, cuerpos policiales – son inaccesibles o demasiado impersonales se repitió en varias intervenciones. Según explicó otra de las alumnas, «es importante ser más persona y menos institucional». «Necesitamos hablar con alguien de tú a tú. Cuando vemos en las noticias que un juicio sale mal y una chica no quiere salir de casa, pensamos que el sistema no es seguro. Eso genera miedo», destacó esta joven. La conversación derivó hacia la forma en que las nuevas generaciones consumen y elaboran información.

Ante la pregunta de la directora de la Oficina de la Dona sobre dónde habían buscado datos para elaborar la campaña de sensibilización, las estudiantes reconocieron que su primera fuente fue la cuenta oficial del Gobierno. Cuando se les planteó qué habrían hecho sin esa guía institucional, una de ellas fue sincera: «Personalmente, yo lo buscaría en Instagram». Ninguna mencionó la prensa escrita como primera opción de consulta. En esta línea, García recordó la enorme responsabilidad de los medios a la hora de contrastar la información que consumen los lectores. La dificultad de trasladar los mensajes institucionales a un público que apenas consume medios tradicionales fue uno de los ejes centrales del debate. El encuentro también permitió profundizar en el funcionamiento interno de los servicios destinados a la protección de víctimas. Asimismo, Isabel Gil, guardia civil del equipo de VioGén, y Laura Moreno de Cruz Roja explicaron que la colaboración entre los servicios sociales, los cuerpos policiales, las administraciones y los juzgados es constante, aunque cada ámbito tiene sus propios tiempos y limitaciones.

«Los juzgados funcionan a otro ritmo y muchas cosas se nos escapan de las manos».

«Los juzgados funcionan a otro ritmo y muchas cosas se nos escapan de las manos», admitieron, resaltando el trabajo previo intenso que se realiza en la isla. En este sentido, desde la Oficina de la Dona insistieron en la necesidad de que los jóvenes perciban todos estos espacios como accesibles y seguros. «Tenemos que resultar más cercanos. Sabemos que cuesta confiar, pero hay equipos profesionales preparados para atender, acompañar y proteger. La clave está en que sepáis cómo llegar a nosotros y que sintáis que es un entorno seguro», apuntaron.

La jornada concluyó con un consenso claro: urge reconstruir la confianza entre los jóvenes y las instituciones encargadas de gestionar denuncias por violencia de género, sexual y trata. La diferencia entre la cultura digital y los procedimientos tradicionales es, según indicaron las jóvenes, uno de los principales obstáculos para que las víctimas den el paso y busquen ayuda formal. Mientras tanto, profesionales y entidades reconocieron que les corresponde adaptarse, escuchar y tender puentes hacia una generación que necesita «una mayor confianza».

1 comentario

Eivissenca de Camp Eivissenca de Camp | Hace 18 días

El problema, como siempre, es que pagan justos por pecadores. Hay tanta denuncia falsa y tanta resentida mentirosa, que cuando una víctima de verdad denuncia se la cuestiona. Conozco a muchos policías quemados por las denuncias falsas. Igual que conozco a varios abogados que recomiendan a sus clientes denunciar por maltrato para agilizar temas de custodias y repartos por divorcio. El sistema judicial, de por si ineficiente en Ibiza, se sobresatura con casos falsos, por lo que al final, como siempre, los perjudicados son las verdaderas víctimas. Luego añadir el caso de policías desmotivados o perezosos. No olvidemos el caso del señor mayor que fue a denunciar el robo de su furgoneta en Puig den Valls y la guardia civil respondiendo que tenían mucho trabajo que pusiera la denuncia on line. ¿A un señor mayor le pides que haga una denuncia on line? ¿En serio? Ya es tener poca vista.

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