Lo que iba a ser un viaje a Sri Lanka en grupo para descubrir nuevas culturas, se ha vuelto un «experiencia interesante» para Janna, ibicenca afincada en Mallorca, junto a dos personas, quienes se han visto afectados por las grandes inundaciones que ocurrieron el pasado jueves en el país. Aunque han sido momentos de tensión, al estar desconectados por la falta de señal, no han conocido la gravedad de la situación hasta este mismo domingo, cuando han podido salir de Nuwara Eliya, ciudad a la que se fueron el miércoles por la tarde.
A pesar de que el día que se marcharon a la ciudad con algo de lluvia, y algún que otro deslizamiento de tierra, no se imaginaban lo que iba a pasar al día siguiente. «El jueves por la mañana pensamos que lo mejor era irnos al ver que estaba lloviendo. El dueño donde nos quedamos nos dijo que todos los trenes estaban cancelados y no nos podríamos ir porque todas las carreteras iban a estar cortadas, por lo que nos quedamos», explica la joven, quien detalla que ese mismo día fueron a una cafetería donde encontraron más gente preocupada por si no podían marcharse, aunque tenían la esperanza de hacerlo al día siguiente. Fue en ese momento cuando empezó el caos.
La lluvia comenzaba a azotar más fuerte a la ciudad y muchos sitios se empezaron a inundar. «Tuvimos que llamar al dueño del hotel, que nos intentase venir a buscar, pero se inundó la carretera y tuvimos que ir andando», cuenta. «El agua llegaba hasta las rodillas, pero llegamos al hotel y estuvimos a salvo», detalla Janna, quien añade que el hotel les estuvo dando de comer mientras estuvieron allí atrapados.
El sábado fue cuando mejoró el tiempo y pudieron acercarse a un bar para contactar con su familia y avisarles de que estaban bien, ya que el jueves por la tarde se quedaron sin señal. De camino al establecimiento vieron cómo había quedado todo, ya que al no poder ver nada, no eran conscientes de la magnitud de lo que había pasado en el país.
«El agua llegaba hasta las rodillas, pero llegamos al hotel y estuvimos a salvo»
Aunque esperaban poder marcharse ese mismo día, no ha sido hasta este mismo domingo al sur del país, donde se están quedando ahora mismo y donde el tiempo asegura que «está mejor». «No lo vivimos con tanto miedo, porque al no tener señal no veíamos todo lo que pasaba, aunque en el pueblo sí vimos varias cosas destruidas», concluye la joven.
Noticia absurda. Y si... De ibicenca tiene lo que yo de inglesa.