Bares de Ibiza: Es Galliner, alma de pueblo

Con la llegada del siglo XXI, Vicent Ramis abría Es Galliner en pleno corazón de Sant Josep, en la calle Pere Escanellas, a escasos metros del Ayuntamiento. Por aquellas mismas fechas, Martín Torres asumía junto a su hermana Antonia y su esposa, María Chillón, la gestión del restaurante Es Boldador, en Cala d’Hort, donde ejercieron durante más de una década su profesionalidad en la hostelería.
Mientras tanto, Es Galliner iba haciéndose un hueco en el panorama gastronómico del pueblo, y entre sus clientes habituales estaban precisamente Martín y María: «Veníamos muy a menudo cuando terminábamos de trabajar en Es Boldador».

Conciliación

Tras 15 años en Cala d’Hort, y con su hija Alicia con apenas dos años, la pareja decidió emprender una nueva etapa para intentar conciliar su vida laboral y familiar asumiendo la gestión del negocio de Ramis. Tomaron las riendas de Es Galliner el 6 de enero de 2016. «Para ser sinceros, todavía seguimos intentándolo», reconocen con humor respecto a la conciliación dentro del oficio de la hostelería.

Una de sus estrategias pasa por adaptar los cierres del local al calendario escolar: «Cerramos en Navidades y unos días en verano cuando comienzan las vacaciones escolares», explica Martín. Antonia, por su parte, continuó al frente de Es Boldador, que sigue en activo a día de hoy.

Cocina

Con la misma estructura que en su etapa anterior —Martín en los fogones y María en la sala—, la pareja pasó «de preparar y servir paellas y guisos de pescado a preparar más carne y pescado a la brasa, a la vez que alguna cosa más simpática para un público más del pueblo», cuenta María.

Hoy la oferta de Es Galliner combina brasa, carnes seleccionadas, pescados frescos, tapas tradicionales y platos que remiten a la cocina eivissenca de siempre. A las sugerencias del día se suman preparaciones de temporada y, sobre todo, una apuesta clara por el producto. La pizarra de la pared, que cambia según lo que ofrece el mercado, actúa como carta viva del restaurante: allí conviven cortes de carne, piezas de pescado y pequeñas especialidades que se han convertido en sello de la casa.

Clientes

La experiencia y la profesionalidad no fueron lo único que la pareja trasladó desde Es Boldador. «Todavía seguimos teniendo clientes de entonces, que ya son amigos y nos hacen encargos o vienen todos los fines de semana», asegura María. «Aquí hay un ambiente mucho más casero y familiar. Podemos tratar al cliente de tú a tú».

Ese trato cercano se refleja en una fidelidad poco habitual en la restauración ibicenca: «Hay todo un grupo de gente que viene los sábados a comer y no se marchan hasta que cerramos por la noche», explica María mientras señala la gran pizarra que preside el local.

Durante la pandemia, María decoró esa pizarra con unos simpáticos dibujos de animales que representan a sus clientes más fieles. «Los hice durante la pandemia y cada uno de ellos representa a uno de nuestros clientes», cuenta con una mezcla de pudor y orgullo. «Ese grupo de ovejas que tienen instrumentos son Francis, Sandro, Gabi y Fernando de Uncle Sal; las ovejas que bailan son Sara, Míriam y Laura, y la que les hace fotos es Joan. Las gambas son Paco y Ferrán. Esa pareja de allí son mis mejores amigos: Susi y José Luis, que los dibujé por su aniversario. Y la oveja que lleva la carretilla no puede ser otro que Vicent de Can Jordi».

En Es Galliner, la cocina, la sala y hasta las paredes cuentan historias. Historias de pueblo, de amistad y de un restaurante que, sin buscarlo, se ha convertido en uno de los rincones más entrañables de Sant Josep.