Son casi las 14.00 horas del martes 23 de diciembre y María espera, nerviosa, en la terminal de llegadas del aeropuerto de Ibiza. Su hija, Alba, está a punto de llegar desde Barcelona, ciudad a la que marchó a estudiar el pasado mes de septiembre. Desde entonces no han vuelto a verse y no está acostumbrada a pasar tanto tiempo sin verla. La joven tenía planeado venir para el puente de la Constitución pero, por unas circunstancias personales, finalmente no pudo hacerlo. Pasadas las 14.00 giras, la gente comienza a salir por la puerta de llegadas. María se asoma, pero no ve a su hija, lo que la impacienta un poco. Sin embargo, y tras una breve espera, la joven llega y madre e hija se funden en un pronunciado abrazo, después de estar tanto tiempo sin verse.
Y es que la Navidad tiene muchas implicaciones y connotaciones positivas, pero una de las más emotivas es la de todos esos reencuentros que se producen a raíz de estas fiestas. Y eso se nota en una terminal que, a mediodía, vivía esos cúmulos de gente con la coincidencia en las llegadas de un vuelo proveniente de Madrid y otro de Barcelona. Los hay quienes hace apenas unos días que se despidieron de esa persona que ahora esperan mientras que otros, en cambio, llevan meses esperando este momento.
«Toda mi familia está allí y las Navidades pasadas me sentí muy lejos. Estoy muy contenta de poder tenerles para celebrar estos días»
En la segunda de las situaciones se encuentra Nayare, que espera a su hermano y su sobrina, que han hecho escala en Madrid desde Colombia. Ella vino a vivir a España hace ya dos años y será la primera vez que se vean desde entonces, puesto que ni ella ha vuelto a su país de origen ni sus familiares habían podido venir a visitarla hasta ahora. «Toda mi familia está allí y las Navidades pasadas me sentí muy lejos. Estoy muy contenta de poder tenerles para celebrar estos días», asegura la mujer. A su llegada, la emoción se nota entre ambos hermano.
No llevan tanto tiempo sin verse, apenas un par de meses, pero a Sara se le ha hecho muy largo el tiempo sin ver a su pareja, Mike. Aunque ambos residen de manera habitual en Ibiza, él tuvo que volar a su Italia natal por unas cuestiones familiares. «No estoy acostumbrada a estar con él. Los primeros días parecía que pasaban rápido, pero los últimos se han hecho ya muy complicados», asegura la joven, quien no esconde su nerviosismo ante el reencuentro. Un reencuentro que se produce rápido, puesto que Mike es de los primeros en salir. Cuando le ve, ella corre rápidamente a por él, a quien besa, emocionada.
«Es lo que hay; los hijos al final tienen que tomar su camino»
También en el turno de los reencuentros hay hueco para las amistades. Daniela y Lucía esperan a su amiga, que también se llama Lucía. Llevan toda su vida juntas, pero tras terminar el instituto cada una marchó a una ciudad diferente a seguir con sus estudios. Aunque se han ido viendo a lo largo del año, no esconden su alegría de volver a estar las tres juntas en su Ibiza natal. Incluso han preparado un cartel para recibirla.
En el plano más familiar están Toni y Elena. Su hijo, Dani, hace ya años que tiene su vida consolidada en Salamanca, donde es profesor. Precisamente por tener una vida tan consolidada ahí no son tantas las oportunidades que tiene para volver a Ibiza. «En Navidades, que es cuando viene, aparte de alguna semana en verano, aprovechamos para ponernos al día y pasar todo el tiempo que podemos juntos. Es lo que hay; los hijos al final tienen que tomar su camino», asegura el padre, mientras espera a un hijo que tarda en salir algo más de lo previsto.
Las suyas son algunas de esas historias que se sucederán en estos días de reencuentros entre amigos, familiares y parejas que, por un motivo u otro se ven separados y que aprovechan las Navidades para recuperar ese tiempo perdido.