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Un jurado popular juzga desde mañana en Palma el asesinato de Llúcia Ferragut

El principal sospechoso llevaba las ropas manchadas con la sangre de la víctima en el momento de ser detenido

Manuel M.M. en el momento en el que pasó a disposición judicial en Eivissa tras el asesinato cometido en la Marina. Foto: GERMÁN G. LAMA

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Manuel M.M., el presunto asesino de Llúcia Ferragut, será juzgado a partir de mañana por un jurado popular en Palma, acusado de los delitos de asesinato y robo con violencia. En caso de ser declarado culpable, Manuel M.M. puede ser sentenciado a una pena de hasta veintitrés años de prisión, como figura en la petición de la Fiscalía. En el texto remitido por el fiscal a los jueces se define a Manuel M.M. como una persona con «un trastorno de la personalidad antisocial y adicto a la heroína, sin que nada de ello afecte a su capacidad intelectual y volitiva».

El asesinato de Llúcia Ferragut tuvo lugar el 16 de diciembre del pasado año. Al parecer, Manuel M.M. se introdujo en el establecimiento «Souvenirs es Cantó» de la Marina, regentado por la víctima, de 84 años de edad, y la amenazó pretendiendo apoderarse de las joyas que llevaba en aquel momento y del dinero que pudiera haber en el local. Ante la negativa de Llúcia Ferragut, el sospechoso cogió un martillo y golpeó hasta tres veces a la anciana en la cabeza, dejándola inconsciente.

Aprovechando esta situación, el delincuente se apoderó de las joyas y de varias tarjetas de teléfono, valoradas en 3.000 pesetas antes de huir del lugar. Llúcia Ferragut fue encontrada por un cliente habitual de la tienda y fue trasladada urgentemente al hospital de Can Misses, donde falleció pocas horas después debido a las heridas sufridas.

En el momento de ser detenido, Manuel M.M. llevaba ropa manchada con sangre. En un primer momento alegó que la sangre pertenecía a un animal que había matado en las horas en las que se perpetró el crimen, aunque un análisis de ADN demostró que los restos de sangre pertenecían a la víctima. Además, las joyas de Llúcia Ferragut estaban en poder del acusado, así como un martillo que pudo ser el que utilizó para cometer el asesinato.

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