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El piloto argelino que llegó a Eivissa pudo recibir la orden de desertar

Alili Messaoud es uno de los 68 oficiales argelinos asilados en Europa

El teniente argelino llegó a Eivissa en junio de 1998 tras huir en el helicóptero que pilotaba.

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¿Recibió órdenes directas de desertar el teniente argelino que llegó a Eivissa en helicóptero junio de 1998 tras huir de unas maniobras? ¿Pertenece Alili Messaoud a un movimiento de oficiales disidentes del Ejército de su país que actúa de manera organizada? ¿Se evadió el piloto porque figuraba como objetivo de un escuadrón de la muerte creado en el mismo seno de las Fuerzas Armadas Argelinas?

Las declaraciones del que fuera un alto militar del las Fuerzas Armadas Argelinas en el prestigioso periódico francés «Le Monde» desde su exilio en Madrid dan pie a estas preguntas. De hecho, el hombre que decidió refugiarse en Eivissa forma parte de un grupo de 68 oficiales que se hayan asilados en Europa, según cita expresamente el rotativo galo en un artículo recogido por «El Pais». Muchos de ellos actún conjuntamente.

El coronel Alí -así se hace llamar el citado mando en «Le Monde»- es el portavoz del denominado Movimiento Argelino de Oficiales Libres (MAOL). En unas declaraciones reveladoras afirma que tras la cúpula del Ejercito argelino se encuentra un status encargado de que se perpetúe la violencia en el país magrebí como forma de reafirmar su poder dentro de la sociedad de este estado africano. El mando castrense indica en esta misma entrevista que algunos importantes afiliados al MAOL han sufrido «misteriosos atentados» que han acabado con su vida y que han puesto en alerta su propio sistema de seguridad. El coronel Alí asegura que por ello se han dado órdenes explícitas para enviar al exilio a sus dirigentes más comprometidos.

El piloto argelino que en junio de 1998 aterrizó en el aeropuerto de Eivissa sin que nadie lo interceptara se ha limitado a explicar que estaba cansado del estado de guerra en que vive su país y que, por ello, harto incluso de participar en lo que llamó «misiones suicidas», decidió que el único camino era la deserción. Alili Messaoud, que aseguró entonces que huyó cuando le quedaban pocos días para ser ascendido al grado de capitán, pidió soluciones políticas para su país.

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