Un año de cárcel, trece millones de pesetas para la familia de la víctima y dos años y medio sin poder volver a conducir cualquier vehículo a motor y ciclomotor. Esta es básicamente la condena que ha recaído en la persona de un conductor inglés que iba bebido y que el pasado mes de noviembre causó la muerte de un joven de Sant Carles, Antonio Ferrer Ferrer, tras colisionar el coche que conducía contra el Ford Fiesta en el que iba el fallecido.
Martin Edward Patterson, acusado por todo ello de un delito de homicidio por imprudencia grave, aceptó ayer cumplir esta pena después de que su causa fuera vista por el juzgado número 1 de lo Penal de Eivissa. El acuerdo incluye que la compañía aseguradora también tendrá que responder directamente de la indemnización.
Antonio Ferrer Ferrer, de 23 años de edad, murió poco después que los bomberos lograran sacarle del turismo que conducía cuando tuvo lugar el siniestro, sobre la una y media de la madrugada del día 3 de noviembre en el punto kilométrico 8'300 de la carretera que une Santa Eulària con Sant Carles.
Los bomberos también tuvieron que rescatar al otro ocupante del turismo que conducía Patterson. El acusado resultó herido leve pero la otra persona que viajaba con él -identificada como Zac H.- tuvo peor suerte y sufrió heridas de carácter grave tras producirse la colisión.