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Todos pendientes del secuestro con rehenes ibicencos

Familiares y amigos de Carlos Falcione y Victoria Moreno siguen con atención las noticias que llegan desde Afganistán, donde permanece el avión indio

P. T./ O. R./AGENCIAS
El secuestro aéreo en el que se han visto involucrados Carlos Sebastián Nelson Falcione Rodríguez y Victoria Moreno Varela está siendo seguido con preocupación por sus amigos y familiares desde Eivissa y Barcelona.

En la Ciudad Condal se encuentran el padre, el hermano de Falcione y la madre de Moreno, quienes están viviendo juntos las evoluciones de este secuestro, siendo informados puntualmente de todas las novedades desde la Oficina de Información Diplomática (OID) del Ministerio de Exteriores. Estos familiares comunican todas las novedades a un compañero de piso en Eivissa del secuestrado, quien hace las veces de portavoz para todos los amigos y medios de comunicación de las Pitiüses.

Mientras, en Eivissa, los amigos comunes de Falcione y Moreno se reunieron ayer en una vivienda para seguir también todas las incidencias, por radio, televisión y teléfono, de este drama que le ha tocado vivir a la pareja en Asia.

Muchos de los amigos de la pareja tuvieron conocimiento de la noticia el día de Navidad y expresaron su sorpresa por el hecho. Algunos incluso llegaron a asegurar que Falcione y Moreno no merecían verse involucrados en una situación tan dramática como la que están viviendo en el interior del avión indio secuestrado.

Mientras, la numerosa familia de Falcione que reside en la localidad argentina de Entre Ríos sigue muy de cerca y con patente intranquilidad todas las evoluciones del secuestro. Las autoridades bonaerenses y el cuerpo diplomático argentino han pedido a la hermana, abuelos, primos y resto de familiares del rehén ibicenco que no hablen con la prensa, como explican periodistas de este país sudamericano.

Mientras, el máximo responsable de la OID, Javier Pérez de Villanueva, expresó su confianza en que todos los pasajeros del avión saldrán ilesos de este secuestro: «No puede ocurrirles nada, porque los rehenes son, al fin y al cabo, la moneda de cambio de los secuestradores», indicó.

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