El toxicómano de Sant Antoni que ingresó en la noche del sábado en Can Misses con un balazo en el estómago se encuentra, salvo complicaciones inesperadas, fuera de peligro después de que se le extrajera el proyectil que recibió en circunstancias aún no aclaradas. La víctima ha vuelto en las últimas horas a reiterarse en su versión de que todo fue un accidente, una vez que se encontró una pistola al mirar entre las basuras cuando frecuentaba la zona de Can Tomàs.
La investigación, que también ha barajado desde el principio que dicha persona resultara herida tras una pugna por asuntos de droga, no puede descartar la hipótesis del accidente por sorprendente que parezca aunque se diera el caso de que el relato dado por la víctima no se atenga en su totalidad a la realidad.
En este sentido podrían ser clarificadoras las pruebas
periciales que se puedan practicar cuyos resultados, junto con las
averiguaciones que efectúe la Guardia Civil, tardarán varios días
en conocerse
Este periódico intentó ayer mismo conocer si desde el juzgado que
estaba de guardia, el número 3, se había ordenado alguna prueba o
diligencia en concreto por este caso. No consta ningún mandato
sobre este particular, según se desprende de la respuesta recibida
de las fuentes judiciales consultadas.
Asimismo, las informaciones recogidas de lo relatado por el herido desde que fue trasladado desde Sant Antoni, su llegada al hospital y las horas que siguieron a su convalecencia corroboran en esencia la misma versión del accidente. En algunos casos, al parecer, afirmó que se disparó mientras jugaba con el arma y en otras que se le escapó al cogerla, situación que provocó la detonación. También se ha señalado que todo ocurrió cuando se metió la pistola en el bolsillo. Otros testimonios revelan que el toxicómano herido dijo haber arrojado el arma lejos y que no se acordaba bien donde la había hallado porque era de noche. No hay tampoco constancia de que la Benemérita haya encontrado la pistola.