La Audiencia de Santander ha condenado a 10 años de cárcel por intento de asesinato a un hombre que asestó cuatro hachazos a su esposa mientras ella dormía, en una sentencia que no aplica al acusado la agravante de parentesco porque considera que su convivencia ya estaba deteriorada por un continuo maltrato. El acusado, A.G.G., un ciudadano portugués de 50 años, había sido denunciado en ocho ocasiones entre 1974 y 1988 por su esposa por malos tratos y vivió separado de ella durante un tiempo, hasta que en 1992 la mujer lo aceptó de nuevo en el domicilio familiar bajo la promesa de que no la agrediría más, condición que luego no cumplió, conforme han atestiguado la propia víctima y sus tres hijos.
En la madrugada del 30 de noviembre de 1998, A.G.G. cogió un hacha y descargó sobre su mujer cuatro golpes, que le impactaron en la cabeza, el pecho y un brazo. El acusado alegó durante el juicio que sólo quería «darle un susto» e intentó convencer al tribunal de que lo ocurrido fue un accidente, porque si su mujer no se hubiera movido en aquel momento, argumentó, el hacha no le habría alcanzado. La fiscal jefe de Cantabria, Pilar Martín Nájera, había pedido para el agresor una pena de doce años de prisión y el abogado que ejercía la acusación particular solicitó una condena aún más grave, 14 años.