La isla de Eivissa ha visto como, en menos de un mes, dos incendios han calcinado más de 100 hectáreas de su superficie, tras el siniestro registrado ayer en la zona del Puig Gross, en el kilómetro cuatro de la carretera de Eivissa a Sant Josep. Al cierre de esta edición, las llamas habían consumido cerca de 30 hectáreas de terreno, aunque fuentes oficiales indicaron que, si bien no estaban plenamente controladas, la situación era buena, por lo que la extinción definitiva puede llegar durante las primeras horas de hoy.
El primer aviso de las llamas se comunicó unos minutos después de las 12'30 horas de la mañana al teléfono de emergencias 112. Inmediatamente se puso en funcionamiento el operativo que debía hacer frente al incendio, originado, según fuentes consultadas por este periódico, por la quema incontrolada de unas hamacas de plástico por parte de una vecina de la zona.
El viento reinante en Eivissa durante toda la mañana dificultó las primeras tareas de extinción y el fuego fue adquiriendo importancia, al tratarse de una zona abrupta y de boscosidad frondosa. Para intentar detener las llamas se dieron cita en las cercanías del Puig Gros cinco vehículos y diez bomberos del Parque Insular, dos brigadas del Ibanat, miembros del Seprona y de la Policía Local de Sant Josep y un guardia forestal. Desde el aire, este contingente estuvo apoyado por la avioneta Air Tractor que se establecerá en Eivissa a partir del próximo día 1 de junio; un avión Dromadair y un helicóptero Halcón del Ibanat.
Las perspectivas sobre el incendio recomendaron a las autoridades solicitar a Madrid la participación en las tareas de extinción de dos aviones Canadair, de los cuales sólo uno llegó a la isla tras superar algunos problemas técnicos que sufrió al despegar de la capital de España. Este último aparato llegó a Eivissa a las cinco de la tarde.