El temor a la contaminación ambiental por el carguero químico italiano «Ievoli Sun», naufragado a 35 kilómetros de la costa noroeste de Francia, se alivió un tanto ayer al conocerse los resultados negativos de los primeros análisis de agua.
Las malas condiciones meteorológicas obstaculizan la recogida de muestras en la zona del hundimiento en el Canal de la Mancha y la detección de posibles nuevas fugas de estireno.
El carguero transportaba casi 4.000 toneladas de ese producto tóxico, descrito por los expertos como corrosivo, insoluble, inflamable y nocivo para animales y seres humanos, y otras 2.000 toneladas de productos poco tóxicos, cuando se hundió a 70 metros de profundidad el pasado martes. El prefecto encargado de seguridad y defensa de la zona oeste, Remi Thuau explicó que todavía no se tienen los resultados de los análisis de las muestras de aire en la zona del naufragio. Pero las recogidas en tierra, cerca del naufragio, dieron resultados satisfactorios, precisó, y la mancha principal en el mar se redujo durante la noche a 5 kilómetros de largo y 300 metros de ancho.