El techo de una vivienda deshabitada de s'Arenal se desplomó al mediodía de ayer y cayó sobre un establecimiento cerrado, sin causar heridos, según informaron en fuentes del centro de emergencias del 112. Los bomberos creen que el mal estado general del inmueble y las filtraciones de agua fueron la causa de este nuevo derrumbe.
El edificio está ubicado en la Avenida Nacional número 25, esquina con la calle Hermano Bianor, en primera línea de la Platja de Palma. Sobre las 12.20 horas un estrépito alertó a los vecinos, que se pusieron en contacto con el 112 y con la Policía Local. En los primeros minutos se desconocía la magnitud del desastre o si había personas atrapadas entre los escombros, por lo que el dispositivo fue contundente y estuvo formado por bomberos, Cuerpo Nacional de Policía, Policía Local y ambulancias. Los efectivos de emergencia acordonaron la zona y procedieron a evaluar la situación. Se trata de un inmueble de dos alturas; en la primera estaba instalada una pizzería -en la actualidad cerrada- y en la planta superior no reside nadie.
Desde fuentes policiales se indicó que el edificio estaba en reformas, si bien los bomberos negaron este extremo y aseguraron que quizás se iban a acometer estas obras, pero que todavía no habían comenzado. Sea como fuere, la prioridad de los equipos de emergencias fue comprobar que entre los escombros no había nadie sepultado. Cuando se descartó esta posibilidad los bomberos comprobaron que no existía riesgo para los transeúntes y precintaron la entrada.
El explotador de la pizzería y el dueño del inmueble se personaron en el escenario del derrumbe parcial y fueron informados por los bomberos de la situación. Casi una hora después de saltar la alarma los efectivos de auxilio regresaron a sus bases. En las próximas horas está previsto que una cuadrilla de obreros o maquinaria pesada retiren los cascotes acumulados sobre la tecumbre de la pizzería, que en caso de permanecer allí mucho tiempo podrían provocar un nuevo derrumbe, según añadieron las fuentes consultadas. El inmueble tiene unos 50 años de antigüedad y su estado de conservación era muy precario.