La Audiencia Provincial juzgó ayer a José María M.O., un joven que realizaba funciones de tiquetero en el puerto para una conocida discoteca de Eivissa el pasado verano y que se enfrenta a tres años y ocho meses de prisión después de que se le acuse de la venta de cuatro pastillas de éxtasis.
El acusado negó que realizara funciones de tráfico y que se limitó a mediar entre un traficante y dos turistas catalanes con los que había congeniado, y que iban junto con él a la discoteca, para pasarles dos comprimidos.
La policía le detuvo después de realizársele una espera en una terraza del puerto una vez que dos agentes oyeron cómo se cerraba horas antes el trato con los dos clientes. La fiscalía no considera que se hubiera producido ningún consumo compartido y dudó de que no hubiera lucro en la operación del tiquetero. La policía asegura que se entregaron 4 pastillas a los turistas. El sospechoso, por contra, afirmó que les dio sólo dos y que las restantes se las quedó para consumirlas con ellos.