Los pasajeros que ayer declararon en la Capitanía Marítima de Eivissa por el caso del capitán del rápido al que en la pasada festividad de la Virgen del Carmen se acusó de ir bebido se ratificaron en sus afirmaciones. Ocho personas de un total de una veintena que han sido citadas dentro del expediente que se instruye por este caso declararon durante la mañana. El proceso, tras las manifestaciones recogidas durante la jornada de ayer y que principalmente se centraba en las impresiones de los pasajeros, continúa. Capitanía recibirá hoy a más testigos, entre los que figuran personas que de alguna manera se considera que podrían facilitar algún dato que sea significativo.
Estas declaraciones se unen así a otras pruebas recopiladas entre las que se incluye la del capitán acusado, quien ante la Guardia Civil se negó a someterse a una prueba de alcoholemia cuando precisamente presentaba síntomas de ir bebido, según explicaba en su día el atestado de la Benemérita de cuyo contenido ya informó en su día este periódico. Una buena parte de los pasajeros atribuyeron una penosa navegación de dos horas entre Eivissa y Formentera al estado de ebriedad de la tripulación, quien alegó que todo se debió a la avería de un motor. Algunos de los pasajeros, sin embargo, manifestaron que vieron momentos antes de embarcar a la tripulación consumir alcohol en la Savina y que ésta dio distintas muestras de ebriedad al subir al rápido y durante la navegación.
La intención de la Capitanía es concluir a lo largo de estos días su informe y en la próxima semana poder emitir ya sus conclusiones. El expediente llegará así hasta la Dirección General de Marina Mercante, organismo del que depende la última palabra y que tiene hasta el día 31 de julio para decidir si el capitán acusado es inocente o si cometió una falta grave o muy grave, según la materia que se está analizando de acuerdo con la Ley de Puertos. Ello podría suponer una fuerte multa e incluso la inhabilitación.
Los pasajeros que acusaron al capitán presentaron también denuncia en la Guardia Civil y, en concreto dos de ellos, llevaron el caso hasta el juzgado, que decidió sobreseerlo al entenderse que ante la falta de heridos no había base para una acusación por un presunto delito.