Dos gasolineras y dos naves industriales han sido hasta la fecha los asaltos más destacados. No ha habido más. De las investigaciones efectuadas hasta la fecha, se desprende que no se localiza en la isla, hoy por hoy, ningún grupo altamente especializado en este tipo de robos que pueda prolongar oleadas como la que protagonizó el año pasado un grupo albanokosovar. Los asaltos en la carretera del aeropuerto se han interrumpido y, en el caso de los «butrones» abiertos en gasolineras, se evidencia que hubo detrás un grupo que ya no opera en Eivissa, según coinciden todas las fuentes consultadas por este periódico.
Tampoco se ha producido hasta la fecha un número sensible de robos en casas de campo, otro de los objetivos de ladrones que actúan en solitario, y eventualmente en grupos, que pueda ser especialmente alarmante. El más grave fue el ocurrido este mes en una casa de Buscastell cuando dos ladrones supuestamente ecuatorianos apalearon a un residente suizo para obtener más dinero cuando trabajaban para él para pagarle una cantidad. La Guardia Civil detuvo a uno, un ecuatoriano ya preso, y el otro está plenamente identificado.
Más preocupantes son los robos en apartamentos de zonas turísticas que quedan vacías, donde según indican las mismas fuentes, sí se ha vuelto a notar una «punta» similar a la de otros años al llegar estas fechas. Los tirones se llevan la palma en lo que se refiere a los pequeños robos, centrándose en la actualidad en la zona de Sant Antoni una vez que se puso fin policialmente a otra cadena en Platja d'en Bossa. Las bandas especializadas en hurtos en tiendas y turistas parecen ya buscar otros lugares turísticos distintos a Balears.
En Eivissa, a su vez, volvieron los robos, sobre todo en la zona de la Marina, donde la situación de inseguridad se polariza ahora en un encapuchado al que se relaciona con al menos tres atracos y que usa una pistola -posiblemente de aire comprimido- y que no se descarta que proceda de un reciente robo de una armería.