Kim Schmitz, el excéntrico millonario alemán de 28 años que frecuentaba Eivissa y que el pasado fin de semana fue detenido en Tailandia acusado de un gran fraude por delitos de información privilegiada, se hizo famoso en la década de los 90 después de que lograra saltarse los filtros informáticos del Pentágono y la Nasa. El ex «hacker» (pirata informático), ahora convertido en empresario de internet, fue acusado durante este tiempo de ingeniárselas con sus conocimientos para sacar pequeñas cantidades de dinero de cuatro millones de clientes de un banco, según publicó en su día «El País».
Asimismo, se llegó a asegurar que transfirió los 20 millones de dólares obtenidos a Greenpeace, un dinero que según distintos medios de comunicación no llegó a manos de la organización ecologista porque la entidad bancaria afectada se dio cuenta a tiempo de todo. Se consideró que todas estas operaciones se realizaron desde su piso de Munich. Esta actuación que se le imputaba le costó tres meses de prisión, según publicó el citado diario en su suplemento «Ciberpaís».
Kim Schmitz siempre se ha defendido de las acusaciones que se han vertido sobre su persona y a sentirse de alguna manera perseguido. De hecho, él mismo ha llegado a apodarse Kimble, en alusión a Richard Kimball, el protagonista de la conocida serie «El fugitivo».
Tras su pasado de pirata informático, el hombre que ha sido detenido en Bangkok por once delitos de información privilegiada, se convirtió en consultor de seguridad informática hasta que en 1996 constituyó la sociedad «Dataprotect», una empresa de seguridad de datos en la red que luego vendió para fundar en 2000 la empresa «Kimverston». A Schmitz se le ha visto con el actor Bruce Willis, con otros famosos e, incluso, con chicas de la revista «Playboy».