S.A.P. pasó dos años de su vida en la Guerra del Golfo sirviendo en una unidad de artillería del ejército británico, presumiblemente entre 1992 y 1994. Desde entonces, traumatizado, dice que sufre pesadillas y que, harto de tanta violencia, no puede ver ni siquiera un arma. Ayer, sin embargo, se sentó en el banquillo de un juzgado de lo Penal de Eivissa como presunto autor del robo en un coche del aparcamiento disuasorio de la calle Ramón y Cajal y por las posteriores amenazas con una pistola que dijo haber sufrido una de las víctimas del asalto en el vehículo. Por todo se juega más de tres años de prisión.
El ex combatiente de la Guerra del Golfo fue detenido por la policía en octubre del año pasado después de que un aparcacoches asegurara a una pareja que el soldado y un amigo suyo de nacionalidad italiana habían sido los autores del robo en un Mercedes estacionado junto al solar. Ambos, S.A.P. y su amigo F.G., quien se enfrenta a una condena similar, negaron ante el tribunal estos hechos y se manifestaron víctimas de la enemistad y los intereses del otro aparcacoches por quedarse con todo el «negocio». Este último afirmó que días después recibió una paliza de los dos. La acusación de robo, sin embargo, no es la única que pesa sobre el artillero y su compañero.
Las víctimas del robo, tras su identificación, siguieron a S.A.P. para que les devolviera los objetos - según su versión- hasta que la mujer se quedó en una cabina de Vara de Rey pidiendo ayuda. El ex combatiente se zafó del hombre hasta que se encontró con la mujer en la Marina. Según ella, le agarró del cuello y la encañonó con una pistola en la garganta hasta que un coche con gitanos dio aviso de policía y recogió al asaltante. La defensa planteó, en caso de que este supuesto ataque tuviera lugar, una confusión con otro objeto por el estado de nerviosismo de la víctima.