Rafael Rueda, responsable de Prevención del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, y Germán Pérez Zavala, miembro de esta misma institución, fueron los responsables de ofrecer ayer en la Extensión Universitaria de la UIB en Eivissa las primeras jornadas técnicas de protección contra incendios, centradas en la protección pasiva en edificios, es decir, en la utilización de materiales y métodos constructivos que lucen por sí mismos contra las llamas.
Para Rueda, el curso (organizado por el Colegio de Ingenieros Industriales Superiores de Balears en colaboración con la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos) busca «dar una visión práctica de una normativa compleja que regula un fenómeno complejo», como es garantizar la seguridad contra incendios en edificios públicos y privados.
En este sentido, Rueda reconoce que los hoteles, extendidos a lo largo de todo el territorio pitiuso, «son precisamente uno de los tipos de inmueble, junto con los hospitalarios, que más restricciones y exigencias tienen desde el punto de vista normativo». «Todos los revestimientos de suelos, paredes y techos deben cumplir unas condiciones de reacción al fuego y las vías de evacuación deben ser eficaces y bien ventiladas y dimensionadas».
La normativa tiene como objetivo el lograr que el propio edificio sea capaz de frenar durante un periodo de tiempo considerable el avance de las llamas, aunque este hecho no se contradice con la necesidad de que los hoteles «tengan un plan de emergencia redactado, en el que se recojan todos los peligros que pueden afectarle y los medios para combatirlos». «No sirve de nada -apunta Pérez Zavala- tener instalaciones magníficas de protección contra incendios si en ese hotel, en el momento del siniestro, no hay nadie que oriente a las personas para evacuar o pueda incluso realizar algunas pequeñas tareas de extinción».