La noche para estos tres delincuentes dio comienzo alrededor de las cuatro y media de la madrugada en el hotel Miami de es Canar, donde un vigilante vio a varias personas sospechosas en el balcón de un apartamento y dándose a la fuga pocos segundos después a bordo de un Ford Focus de color gris. Poco después, la escena se repitió en el hotel S'Argamassa. Todo parecía ir sobre ruedas para los jóvenes, pero la situación se torció al llegar al hotel Siesta.
Eran las 05'30 horas cuando dos de estos menores se encaramaron a uno de los balcones, situado sobre la misma recepción del establecimiento. Al oír ruido, la persona que ocupaba dicho apartamento se dirigió hacia le balcón y, al abrir las cortinas, se encontró con una escena inusual: uno de los menores ya se encontraba en el interior del balcón, mientras que un segundo estaba finalizando su ascensión. Al ser descubiertos, intentaron volver sobre sus pasos, pero la fortuna le guardaba una sorpresa al ahora detenido, quien, al lanzarse al vacío o al tropezar mientras bajaba, cayó fracturándose una muñeca y sufriendo diversos golpes.
El menor cayó enfrente de la recepción, donde el encargado de la seguridad del establecimiento se disponía a comprobar de dónde procedían los ruidos que escuchaba.
El Ford Focus gris hizo de nuevo acto de presencia para intentar rescatar al herido, aunque la llegada de una patrulla de la Policía Local de Santa Eulària frustró la maniobra. Los dos ocupantes del turismo iniciaron la huida a bordo del mismo, perseguidos por la Policía Local hasta que los fugitivos se encontraron en una calle sin salida y, abandonando el coche, se ocultaron a pie aprovechando la oscuridad.