La inseguridad ciudadana no fue el único punto tratado ayer durante la reunión de portavoces en el Ayuntamiento de Sant Antoni, pero sí fue el que más reacciones provocó en la oposición, representada por Joan Marí Serra (Pacte) y Vicente Marí Prats (Democracia Pitiusa), quienes debatieron con el alcalde de la localidad, Antoni Marí Tur, y con el responsable de Gobernación, Juan Ferrer, esta problemática.
Según Marí Serra, el actual equipo de gobierno en Sant Antoni muestra una actitud «de debilidad y excusa permanente» cuando se trata la «falta de colaboración» que sufren los ciudadanos «por parte de las fuerzas de seguridad», aquejadas, además, de «una falta de efectivos». Asimismo se exigió al alcalde «que acabe con el desorden público», reflejado en ejemplos como «la venta de drogas, violaciones, robos, peleas, borrachos gritando hasta la mañana, la venta de alcohol a menores, el incumplimiento del horario de cierre de locales, altavoces en la calle que molestan a los vecinos, publicidad dinámica y pub crowls multitudinarios que arrasan por allí donde pasan».
Asimismo, desde el Pacte se recriminó ayer la falta de concreción por parte del alcalde a la hora de especificar a la oposición cuantos efectivos de la Policía Local y de la Guardia Civil operan actualmente en Sant Antoni. Desde el Pacte, por otra parte, señalan que el alcalde «todo y reconocer la grave situación, no ha sido capaz de plantear soluciones».
Tras la reunión, Marí Prats, representante de DP en la misma, expresó la negativa impresión que le causó ésta: «Se ha mantenido la tónica de siempre. No creo que Marí Serra haya salido convencido, porque yo no lo he hecho -apuntó-. Es probable que la situación se les haya ido de las manos y veo muy difícil recuperar el control».