Sylvia Branecka, de nacionalidad polaca y veinte años de edad, falleció a las 14'30 horas de ayer al no poder superar las graves complicaciones que presentaba su estado médico en las últimas horas. Fuentes de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario temían ya a primera hora de la mañana por su vida. Durante los últimos días, la joven había sufrido una inflamación cerebral que precisó de una urgente intervención quirúrgica para ser aliviada. Los médicos lograron estabilizarla en un primer momento, pero su agravamiento fue incrementando hasta el fatal desenlace ocurrido ayer.
La familia de Sylvia Branecka la acompañó en sus últimos momentos en la Policlínica. En los próximos días, una vez se haya establecido la repatriación de los restos mortales de la joven, sus familiares regresarán a Polonia.
De este modo, tras la muerte de la ciudadana checa Suzanna Lindemellova el pasado día 24, son ya dos las personas fallecidas a causa de la colisión en Illetes entre el catamarán bimotor «Indian Head» y una moto náutica, propiedad de Thierry Roussel, en la que viajaban las tres jóvenes. La única superviviente de aquel accidente, E.W., eslovaca y de dieciséis años de edad, permanecía ayer ingresada en la Policlínica, donde fue trasladada desde el hospital de Can Misses, tras serle detectado un edema cerebral, además de la fractura de una pierna.
Asimismo, un portavoz de las tres familias implicadas en este trágico suceso, confirmó ayer a este periódico que ha sido presentada a través de sus abogados una denuncia en los juzgados de Eivissa por los hechos ocurridos en Illetes el día 20 de agosto. En una nota remitida a los medios de comunicación, las tres familias consideran que el catamarán se cruzó «de cruel manera» en la trayectoria de la moto náutica. En esta misma nota, los familiares, que agradecen todo el apoyo encontrado en Eivissa, consideran al piloto del «Indian Head» un «hombre sin escrúpulos».