Elliot Evans Lewis, un joven norteamericano de 24 años de edad, se sentó ayer en el banquillo de los acusados ante la Audiencia Provincial con un aspecto muy distinto al que tenía el día en que la Guardia Civil le sorprendió en el aeropuerto cuando intentaba entrar en la isla con cerca de 500 éxtasis y pequeñas cantidades de otras drogas.
El sospechoso, preso desde que en mayo fue arrestado en un control llevado a cabo por agentes agregados a la denominada Odaifi, se presentó ante el tribunal perfectamente ataviado con pantalones de vestir, camisa blanca y corbata, así como el pelo corto y con gafas, una imagen muy lejana al aspecto «hippie» con el que aterrizó en Eivissa.
El acusado se enfrentaba en un principio a cinco años de cárcel, pena que finalmente ha quedado en tres después de que la defensa, con conformidad con el acusado, lograra un acuerdo con el representante del ministerio público. El sospechoso fue descubierto con la droga, la mayor parte adherida a su cuerpo con cinta adhesiva y el resto entre su equipaje y sus enseres, después de que también se contara con un perro antidrogas del servicio cinológico.
Otros tres años de prisión recayeron en la persona de Juan Carlos Fonseca Méndez, juzgado a continuación del anterior en un caso que la Audiencia provincial también resolvió con una sentencia de conformidad después de que el acusado, al parecer de nacionalidad colombiana, reconociera los hechos que le imputaban.