La estrategia antidrogas del instituto armado para esta temporada turística, además de una cifra próxima a los 58.000 éxtasis intervenidos para su consumo en las Pitiüses, permitió también la aprehensión de cerca de dos kilos de cocaína y casi 20 de hachís, cantidad ésta última a la que hay sumar otros 30 kilos de un fardo que fue descubierto a la deriva en Cala Boix. Gracias a este dispositivo se requisaron también 500 botes de GHB, el denominado éxtasis líquido, fruto de un trabajo de investigación que acompañó al mismo plan. La Guardia Civil centró su plan para el verano en un férreo control a las comunicaciones con las Pitiüses, a la vez se presionó fuertemente en «zonas calientes» de ocio de la isla, tarea que se llevó a cabo conjuntamente con el apoyo de unidades de policía local.
Un ejemplo de este último caso fue el decomiso de más de 5.000 éxtasis que unos británicos iban a entregar a una de las redes de 'narcos' ingleses que operan cada verano en Sant Antoni. Los traficantes tuvieron que pasar al menos dos filtros antes de intentar introducir la droga en las Pitiüses. Una buena parte de ellos fueron detenidos gracias a controles efectuados en Barcelona, Mallorca y Denia. Otra buena parte cayó en los dispositivos que se montaron en la isla a la llegada de los pasajeros.
El principal alijo se intervino en julio en Denia, puerto donde un holandés fue descubierto cuando embarcaba para Eivissa con 40.000 pastillas. En Mallorca, se detuvo a cuatro jóvenes con otras 3.000 pastillas y que se cree alternaban el «negocio» en las dos islas. La presión policial a los pequeños traficantes, por su parte, se resolvió, sólo entre los meses de julio y agosto, con la aprehensión de casi 1.500 éxtasis. En estos servicios de control y vigilancia en estos mismos meses se detuvo a un total de 117 personas. Las fuerzas de Eivissa consiguieron los mejores resultados de todas Balears. El 80% de los resultados en las Islas se logró gracias a las unidades ibicencas.