El alcalde de Formentera, Isidor Torres, ha pedido que «la vigilancia desde el mar en las zonas de mayor afluencia turística no recaiga exclusivamente en el Ayuntamiento» y ha señalado que debería ser «la Guardia Civil del Mar, que tiene más capacidad de actuación, por medios y autoridad», quien se responsabilice de este cometido.
Torres añadió al respecto su preocupación ante el constante aumento de «zodiacs, motos acuáticas y pequeñas embarcaciones que proceden de grandes yates que llegan a Formentera», con los riesgos que ello significa para los bañistas. En este sentido, cabe recordar que el pasado verano perdieron la vida dos jóvenes en un fatal accidente que tuvo lugar cuando las dos víctimas, que iban con una tercera en una moto acuática, chocaron con un catamarán. A todo ello se añade que en los últimos años es rara la temporada que no se producen en la zona graves siniestros náuticos.
El máximo responsable municipal remarcó que «a ese ingente volumen de embarcaciones hay que sumar todos los barcos que fondean en la costa y los artefactos de alquiler». Apoyándose en este argumento, afirmó que era preciso «incrementar la vigilancia del tráfico marítimo en las zonas de baño de la isla durante la temporada turística».
Estas declaraciones de Torres se produjeron durante la presentación del balance de actuaciones efectuado por los principales encargados de Cruz Roja en las Pitiüses: Carmen Juan y Enrique Mayans, presidenta y vicepresidente de esta organización, respectivamente. En este acto también estuvieron presentes «Tato» Monge, coordinador del dispositivo de salvamento en Formentera, y el juez de paz, Joan Yern.
Torres planteó la necesidad de volver a contar con ocho socorristas para el año que viene. El alcalde, sin embargo, subrayó el elevado coste del plan de seguridad de playas, que desglosó en las siguientes cantidades: 78.583'46 euros de nómina de los socorristas, 11.542 en gastos de manutención y 23.346'70 el balizamiento en ses Illetes. Todo ello, dentro de un total de 113.472'91 euros.