Casi cuatro años después del accidente de helicóptero que costó la vida al piloto Luis Alberto Sedano Fernández, natural de Bilbao y de 35 años, y al mecánico del aparato, Amadeo Gracia Gallego, nacido en Madrid y de 29 años, Aviación Civil lo único que ha hecho público es una pequeña ficha y un relato de 14 líneas en el que se describe el siniestro de acuerdo con lo que este organismo recopiló. Ni una sola línea que apunte a las causas que motivaron que el helicóptero sanitario de Helisureste, que cubría el servicio de Formentera, se estrellara en el mar frente a ses Salines cuando eran cerca de las cuatro de la mañana del 25 de febrero de 1999. El helicóptero volaba supuestamente en condiciones similares al servicio de ahora, un hecho que Aviación Civil dice estar investigando.
El escueto informe, además, ni siquiera hace mención a la niebla que había cuando despegaron y sólo hace una breve referencia en la 'ficha' a las «condiciones meteorológicas adversas». Tampoco se hace referencia alguna a si el aparato, un Bell-B-206-L3 fabricado en 1987 tenía el instrumental necesario para volar de noche y si era preciso llevarlo de acuerdo con lo que estaba establecido. Este informe, que concluye con un «continúa la investigación», fue hecho público en mayo del año pasado, según informó el presidente de la Asociación de Pilotos de Helicópteros de España (Apythel), Marino Aguilera. «Han escrito tan sólo trece líneas y la Comisión de Accidente aún no ha dado siquiera explicación alguna sobre lo sucedido», señaló indignado Aguilera al valorar cómo estaba funcionando Aviación Civil.
El representante de los pilotos también valoró que este organismo no ha hecho hasta ahora todo lo necesario para garantizar la seguridad en los vuelos al tener una postura, si cabe, ambigua en asuntos como la importancia de llevar el instrumental adecuado y las condiciones de trabajo. «Si ahora lo está haciendo en el caso de Eivissa es para felicitarse», agregó. «Los helicópteros en muchas ocasiones no llevan a instrumentación de horizonte artificial y no se debería dejar ni permitir volar de noche con malas condiciones. Son imprescindibles y es inadmisible poner a las personas en peligro», añadió.