Juan Carlos García Antúnez, Jesús Pozo Catalina y A.M.O., los tres hombres condenados a penas que suman 25 años de prisión como responsables del asalto a tres entidades financieras en Mallorca, cuyo botín dilapidaron en parte en Eivissa, tenían perfectamente trazado el sistema a utilizar en los atracos.
La juez del Juzgado de lo Penal número 6 de Palma, Begoña Guardo Laso, consideró probado que Pozo compró, antes de los asaltos, dos pistolas de aire comprimido del calibre 4.5, armas que utilizaron para intimidar a los trabajadores de las sucursales bancarias.
Para evitar ser reconocidos al penetrar en dichas entidades, García Antúnez utilizaba una peluca y unas grandes gafas de sol. En el primero de los atracos, perpetrado el 20 de agosto del pasado año en la sucursal de «Sa Nostra» de Santa Ponça, mientras García Antúnez amenzaba a los empleados Pozo le esperaba con una motocicleta en la calle. Los delincuentes huyeron con 72.830 euros.
Sólo tres días después, García Antúnez volvió a colocarse la peluca y las gafas, en esta ocasión para atracar una oficina de la Banca March de Calvià. En esta ocasión, Pozo también entró en la entidad, cubierto con una gorra y unas gafas oscuras. Este último llevaba la pistola de aire comprimido con la que apuntó a los empleados antes de llevarse 19.000 euros.
Cuando se cumplía una semana del primer asalto, estos dos mismos hombres, de nuevo disfrazados, repitieron la operación en un establecimiento de Bancaixa en s'Arenal de Palma. Volvieron a utilizar las armas de fogueo pero al huir en el ciclomotor el interventor de la sucursal y un cliente salieron tras ellos y lograron retener a Jesús Pozo. García Antúnez logró escapar, aunque fue una fuga breve. Al día siguiente fue detenido en el aeropuerto de Son Sant Joan cuando estaba a punto de coger un avión a Madrid junto a Muga Ortega, quien, según la sentencia estaba al corriente de los atracos.