El agente del Cuerpo Nacional de Policía de Eivissa que, presuntamente, agredió a un policía local continúa en servicio a pesar de que la propia Comisaría solicitó la suspensión de empleo y sueldo y el Ayuntamiento de la capital de las Pitiüses pidió su expulsión del cuerpo, confirmó ayer el comisario Angel Marí.
El silencio administrativo de la Dirección General de Policía en Madrid ha motivado que la Comisaría de Eivissa se haya visto obligada a reincorporar al agente en su puesto de trabajo. Tras los hechos, ocurridos el pasado 17 de mayo en el centro de la ciudad, Angel Marí, máximo responsable del Cuerpo Nacional de Policía en la isla de Eivissa, retiró al agente su placa y su arma en espera de una decisión judicial aclaratoria de lo sucedido e intentó que se mantuvieran estas medidas cautelares.
No obstante, el silencio de la sección de Régimen Disciplinario de la División de Personal del Cuerpo Nacional de Policía aún no ha respondido a esta solicitud de la Comisaría de Eivissa, por lo que en un plazo de 24 de horas no quedó otra opción legal que devolver al agente a su puesto de trabajo.
Al parecer, según el relato de la Policía Local de Eivissa, el agente del Cuerpo Nacional de Policía intentó cruzar con un coche por un tramo cortado por los agentes municipales en la calle Ignaci Wallis. Se le impidió el paso y, según la Policía Local, demostró mucha agresividad y, además, era obvio que estaba bebido [se le hizo la prueba del alcohol y dio 0,79]. Ante esta situación se le conminó a que dejara el volante a la mujer que le acompañaba y a que se introdujera en el asiento trasero del turismo que conducía. Fue en ese momento, cuando se le introducía en el vehículo, cuando, presuntamente, lanzó una patada que alcanzó en el cuello al policía local, quien seguidamente se golpeó contra la ventanilla del coche y cayó, desmayado, al suelo. Fue detenido por atentado y lesiones.
Según la Policía Local de Eivissa, el agente detenido dijo durante la discusión: «Soy policía nacional y hago lo que me da la gana».