La Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra consiguieron rescatar ayer los cadáveres de los cuatro suizos que se estrellaron en una avioneta el pasado domingo en la sierra de Albera, cerca de Espollas, en el pirineo gerundense. Tanto la aeronave como los cuerpos estaban completamente calcinados. La autopsia se realizará en España antes de repatriar los cuerpos y comprobar de esta forma las identidades y también se emprenderá una investigación para determinar las causas del accidentes.
El piloto y propietario de la avioneta, una Cirrus SR 22, era el millonario Beat Walter Rusterholz, de 51 años, que tiene dos casas en Dalt Vila y varios restaurantes, solariums y salas de fiesta en Zurich. Al parecer, Rusterholz no era un piloto experimentado y compró la avioneta este mismo año. En la avioneta iba acompañado por su amigo Bruno Humm, de la misma edad, y de las compañeras de ambos MoniKa Adelheit Sabatini, de 39 años, y Gabrielle Turst, de 45, respectivamente.
Rusterholz era un conocido empresario de Zurich que, además de los establecimientos citados, posee negocios inmobiliarios. Según explicaron ayer desde el diario suizo Blick, Rusterholz cada vez viajaba con mayor frecuencia a Eivissa, aunque no tenía intención de instalarse en la isla. El pasado día 6 llegó a la isla junto con su amigo y sus respectivas parejas para pasar un semana de vacaciones.
contraincendios tuvo que aterrizar de emergencia en Eivissa.