Salvamento Marítimo dio ayer por concluida la operación de recuperación de las cerca de 400 botellas de butano que el pasado sábado por la noche cayeron al mar ibicenco desde la cubierta del carguero «Benirredrà» a unas tres millas marinas del puerto de la capital pitiusa.
Anoche, al cierre de esta edición, se habían recuperado algo más de 250 bombonas, por lo que Salvamento Marítimo volvió ayer de nuevo a lanzar un aviso a navegantes para que extremen la precaución y avisen si divisan alguna botella a la deriva.
Ayer, este servicio continuó con la búsqueda en aguas de Eivissa y los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil en la zona de Formentera, pero estuvieron ayudados por un helicóptero del Ibanat que se encargó de divisar desde el aire las bombonas de butano y avisar de su localización.
Por tanto, supuestamente, aún quedan decenas de botellas de butano en el mar, aunque muchas llegaron a las playas de Eivissa y Formentera y, tal vez, algunas de éstas fueron retiradas por particulares, según sospechan los equipos de búsqueda.
Además, las corrientes del mar habrán sacado otras botellas de las aguas de las Pitiüses y les habrán llevado mar adentro, según Salvamento Marítimo.
Según Juan José Sánchez, gerente de Iscomar, la compañía naviera propietaria del carguero accidentado, casi es nula la posibilidad de que en el caso de que una embarcación choque contra una botella de butano se produzca una explosión, ya que se tendrían que conjugar numerosas circunstancias.
No obstante, sí existe peligro de que una botella, al golpear el casco de un barco, pueda abrir una vía de agua. Por es motivo, los barcos rápidos que cubren la línea entre Eivissa y Formentera reducen su velocidad en es Freus.