Las autoridades egipcias descartan que una acción terrorista haya causado el siniestro del avión charter que cayó ayer al Mar Rojo con 148 personas a bordo, en su mayoría turistas franceses, pocos minutos después de su despegue del aeropuerto del balneario de Sharm el Sheij.
El aparato, un Boing 737, en el que viajaban 135 pasajeros y trece tripulantes, según la compañía propietaria Flash Air, despegó alrededor de las 3.00 GMT de Sharm el Sheij con rumbo a París, vía El Cairo. Fuentes aeroportuarias aseguraron que el aparato no había emitido «ninguna señal de socorro» a la torre de control antes de caer en el mar, en el Golfo de Nema, en la península del Sinaí, a unos 500 kilómetros al este de El Cairo.
Según el relato de varios testigos, una fuerte explosión se escuchó en la zona al tiempo de caer el avión, extremo que no ha podido ser confirmado por las autoridades.
El ministro egipcio de la Aviación Civil, Ahmed Shafic, descartó sin embargo que una acción terrorista sea causa de la catástrofe aérea, y afirmó que «hasta el momento todo indica que se trata de un accidente».
«Las investigaciones continúan, pero casi seguro que un fallo técnico fue la causa», declaró Shafic en el lugar del siniestro, donde afirmó que los grupos de rescate «han hallado ya restos de algunos pasajeros». Se trata de la segunda mayor tragedia aérea que afectó a la aviación de Egipto desde octubre del 1999, cuando murieron los 217 ocupantes de un Boing 767 de la aerolínea egipcia EgyptAir que cayó a las aguas del Atlántico.