Un senegalés acusado de narcotráfico aceptó ayer la pena de cinco y años y cinco meses que solicitaba la acusación y, tras confirmar el acuerdo frente al tribunal de la Audiencia Provincial, preguntó al magistrado cuándo podrá regresar a su país. El juez respondió que no es él quien está en disposición de decírselo.
El acusado podrá retornar a Senegal -donde le esperan sus seis hijos- en cuanto se superen los trámites administrativos, ya que su estancia en España se considera irregular porque no tiene en regla los documentos de inmigración. Si el africano hubiera tenido los papeles en regla, habría tenido que cumplir los cinco años y cinco meses a los que ha sido condenado, aunque fuentes judiciales explicaron que en el caso de que su estancia hubiera sido lega, el senegalés no habría aceptado la pena solicitada por la fiscal.
Se trata del veinteañero M.L., que no podrá regresar a España durante el tiempo que dura la condena y que tendrá que pagar una multa de 6.152 euros, el triple del valor que supuestamente cuesta la droga que se le incautó.
La Guardia Civil lo detuvo en un hostal de San Antoni el pasado agosto junto con una docena más de presuntos vendedores de droga. La fiscal acusa a M.L. de poseer en el momento de la redada de la Guardia Civil 800 comprimidos de éxtasis (MDMA), 800 gramos de hachís y 40 gramos de cocaína.
Esta gran redada se desarrolló el 11 de agosto del año pasado en dos hostales del centro de Sant Antoni. La Guardia Civil detuvo a 12 personas, todos extranjeros.
La mayor parte de los detenidos eran originarios de países del Àfrica Occidental, sobre todo de Senegal y Guinea, aunque también se detuvo a dos ciudadanas británicas.