Al parecer, el asalto al SYP de Sóller fue una operación estudiada con tiempo y muy bien calculada cometida por cinco personas. Los asaltantes esperaron a que el encargado del supermercado saliera de su oficina para, en el aparcamiento, obligarle con armas blancas y a punta de pistola a desconectar la alarma del local. Una vez dentro, y también bajo la amenaza del arma de fuego, obligaron a este trabajador a abrir la caja fuerte, de la que se llevaron 14.000 euros.
Al encargado lo dejaron oculto y abandonado. En un principio, los investigadores estudiaron este caso como un atraco más, pero el objetivo de los ladrones no era el dinero.Esta banda, supuestamente liderada por el detenido en Eivissa, se llevó del supermercado los comprobantes de pago con tarjeta de crédito de todos los clientes que encontraron.
Durante casi medio año la banda se ha dedicado a adquirir productos y comprar billetes de avión y reservas de hoteles en distintos puntos de España. Quien pagaba era, sin saberlo, algún vecino de Sóller.
En total, los afectados son decenas de particulares que al cabo de unos días advertían que alguien había introducido sus datos bancarios en internet y había finiquitado los fondos. Especialmente significativo es el caso de una mujer que acudió a una sucursal de Sóller para sacar una pequeña cantidad de dinero y el cajero se lo negó, por falta de recursos.
Al pedir explicaciones, los empleados del banco le informaron que sus cuentas estaban a cero. Los delincuentes han comprado en internet por valor de 70.000 euros. A raíz de estas primeras sorpresas, la Guardia Civil recondujo la investigación hasta dar con I.A.Z.
Los investigadores de la Guardia Civil siguieron las pistas derivadas de la estafa electrónica hasta que aseguraron la sospecha de que I.A.Z se encontraba en Eivissa.
Previamente, la Guardia Civil detuvo a otras cinco personas a quienes se acusa del asalto en el supermercado de Sòller. Se trata de G. Z.M., de 29 años, A.C.M., de 31, J.A.M.C., de 30, D.S.P., de 30, y J.C.B., de 31.
La operación de la Guardia Civil ha sido compleja y se ha desarrollado en Palma y Barcelona y ha concluido en Eivissa con la detención de quien se considera el cabecilla.
Los atracadores y estafadores simularon que buscaban el dinero, pero en realidad les interesaba el listado de clientes, al parecer, un botín mucho más rentable a largo plazo.