Antes de que finalice este mes ya estarán en funcionamiento las siete videocámaras que el Ayuntamiento de Sant Antoni va a instalar en tres de las zonas más conflictivas del municipio con el objetivo de disuadir a los vendedores ambulantes, ladrones y pequeños traficantes de drogas que operan en verano en estas zonas.
Al respecto, el alcalde de Sant Antoni, José Sala, se mostró impaciente por «comprobar el funcionamiento de las cámaras y de esta forma en invierno evaluar el resultado que han ofrecido».
El próximo jueves, apuntó el concejal de Policía de Sant Antoni, Joan Pantaleoni, la empresa que obtuvo mediante concurso público la instalación y gestión del sistema de cámaras-espía ya las habrá colocado y a la semana siguiente estarán en funcionamiento. Estas siete videocámaras se ubicarán en el West End, el paseo marítimo y ses Variades. La ley obliga al Ayuntamiento a informar a los viandantes mediante carteles de que están siendo vigilados mediante un sistema de vídeo, pero no se revelará la ubicación exacta de los objetivos. Según Sala y Pantaleoni, las videocámaras tienen, sobre todo, carácter disuasorio, es decir, que se confía en la circunstancia de que la advertencia de que la zona está vigilada por un sistema de vídeo disuada a los delincuentes a operar en estas áreas.