Una lancha de gran velocidad de unos 15 metros de eslora y con al menos dos tripulantes a bordo acabó embarrancada sobre los cantos rodados de la playa de es Codolar a causa de un despiste de su piloto. El accidente se produjo al atardecer, cuando la lancha regresaba de Formentera hacia Eivissa. Al parecer, el piloto, alemán, pensaba que estaba llegando al puerto de Eivissa, pero en realidad estaba arribando a la isla a través de ses Salines. Según testigos presenciales, el brillo de los estanques de sal confundió al piloto, que pensó que se podía continuar navegando y no advirtió la presencia, en medio, de la playa de es Codolar. Por este motivo, la lancha acabó sobre las piedras de esta playa, a medio camino del mar y de los estanques de ses Salines. La lancha pasó la noche sobre las piedras hasta que ayer sus propietarios avisaron a una grúa para que acudiera retirarla, lo que ocurrió a las cinco de la tarde. Los tripulantes de la lancha, que al parecer resultaron completamente ilesos, no avisaron del accidente a las autoridades. Ni el 061, ni el 112 ni Salvamento Marítimo tenían noticias relacionadas de este suceso. Salvamento Marítimo apuntó que no se ha registrado contaminación ambiental en la zona y que no fueron precisas asistencia médica ni labores de rescate.
El pasado 20 de abril de 2003 se produjo un suceso en la misma playa de es Codolar, perteneciente al municipio de Sant Josep, prácticamente idéntico que el de anteayer. El piloto de una lancha de unos doce metros de eslora, la «Isabel», se pensó que entre el mar y los estanques de sal no había nada. La embarcación avanzó más de 50 metros sobre el colchón de cantos rodados de la playa de es Codolar. Al igual que en el accidente de ayer, no hubo que lamentar daños personales. Al parecer, los reflejos del sol sobre los estanques de sal confunden a quien no conoce la zona.