La ONG de origen francés SOS Recherches de Persones Disparues (SOS En Busca de Personas Desaparecidas) ha encontrado en Eivissa a una joven francesa con graves problemas mentales que llevaba diez días buscada por su familia. La joven, de 22 años, desapareció de su ciudad, Watreloo, en la frontera belga, cuando debía acudir a su trabajo de carnicera y, desde entonces, estaba siendo buscada por SOS Recherches de Persones Disparues, organización a la que su madre había solicitado ayuda. Ayer, Philippe Batien, presidente fundador de esta ONG, explicó que la joven se encuentra en perfecto estado físico y que mañana, sábado, regresará con su familia al norte de Francia. Según explicó la enferma al propio Batien y a la psicóloga voluntaria de Cáritas que la ha atendido, decidió abandonarlo todo para disfrutar de su propia existencia, en un principio dudaba entre dos destinos, Amsterdam y Eivissa, y finalmente optó por la isla, paradigma de libertad para la joven. Al parecer, la joven se alojó durante unos días en un hotel de Sant Antoni y a raíz de un agravamiento de su presunta manía persecutoria acudió a la Policía Local de Sant Antoni, que se puso en contacto con la cónsul francesa en la isla, Marie Laure Ferrario, que a su vez avisó, como ya hizo con otros casos similares, a SOS Recherches de Persones Disparues. La chica fue hallada en otro hotel, en la ciudad de Eivissa, y tenía su equipaje repartido por varios lugares de la isla. Al parecer, la joven viajó desde su ciudad por tierra hasta la capital belga y desde allí voló primero a Amsterdam. De la capital holandesa voló a Barcelona y finalmente a Eivissa.
El año pasado, Batien primero encontró en Eivissa a un esquizofrénico francés de 33 años que llevaba un año viviendo en Eivissa como un vagabundo. Después halló a otra esquizofrénica también francesa y de 47 años que fue repatriada tras una aventura de tres semanas en Eivissa.
Los delegados en los diferentes países de SOS Recherches de Persones Disparues se encargan de acudir a recoger a sus compatriotas desaparecidos, que habitualmente suelen ser enfermos mentales, a los lugares en los que son encontrados con la misión de repatriarles a su lugar de origen.