Los asaltantes tomaron todo tipo de precauciones para cometer uno de los robos más importantes que ha tenido lugar este año en la isla. Otro 'golpe' destacado, sin relación con el de la carretera del aeropuerto y que hasta ahora no había trascendido, ocurrió a principios de año en el polígono de Montecristo. En esa ocasión, los ladrones desvalijaron un almacén de muebles y se llevaron un camión que luego abandonaron.
Los butroneros que han actuado en la carretera del aeropuerto también se apoderaron de una furgoneta de la empresa afectada. Dicho vehículo fue localizado por la Guardia Civil días después del robo, perpetrado ahora hace dos semanas. La verificación del coche demostró que éste había sido utilizado durante al menos un centenar de kilómetros.
La mayor parte del botín del que se apoderaron los cacos estaba compuesto por material de oficina de gran valor. Además, los ladrones reventaron la caja fuerte después de que la hallaran. No ha trascendido la suma exacta que había en el interior de ésta ni el método que se empleo para forzar la caja blindada. Sin embargo, se ha calculado que la cuantía total del robo ronda los 60.000 euros, según la información recogida por este periódico.
La presumible planificación del robo es otro punto que está sujeto a las investigaciones que está realizando la Guardia Civil. Los ladrones sabían que su acción no iba a impedir que saltaran las alarmas. Por ello, accedieron al interior del inmueble tras practicar en el techo un butrón. Una vez dentro, entraron en las distintas dependencias buscando dinero y objetos que fueran de su interés, pero no tocaron nada. Todos los indicios apuntan a que los sospechosos presumiblemente volvieron a salir y vieron cómo un vehículo de la empresa que supervisaba las alarmas daba una vuelta alrededor de la nave. Al no notar ninguna puerta forzada, los vigilantes regresaron a su rutina. Tras ese intervalo, los asaltantes volvieron acceder al interior de la nave y actuaron con total impunidad.
Este robo parece por el momento un hecho aislado ya que no hay ninguna sospecha que fundamente la posible presencia en la isla de una banda especializada en butrones.