Saladino Costa, representante de la comunidad musulmana de Santa Eulària, recuerda que en febrero de 2001 los fieles expulsaron de la mezquita de esta localidad al joven marroquí Bouchaid Kaka porque era «una persona desequilibrada y conflictiva». Kaka, nacido en Casablanca en 1979, ha sido detenido recientemente en una operación realizada por el Cuerpo Nacional de Policía en la que fueron arrestados 16 presuntos integristas musulmanes que, supuestamente, tenían como misión reclutar muyahidines para combatir en Irak.
«Era un persona desequilibrada y conflictiva. Incluso llegó a amenazar a un señor y presentamos una denuncia ante la Guardia Civil. Enseguida nos dimos cuenta del peligro que tenía, porque intentaba sembrar la discordia y separar a la comunidad. Por eso acabamos por prohibirle hacer discursos, así como ser imán y pronunciar sermones los viernes», explicó Costa, ibicenco antes cristiano y convertido desde hace muchos años al Islam. «Una vez que le prohibimos los cargos golosos ya no le interesaba rezar como un musulmán corriente, eso no iba en su línea. Acabó por convertirse en el hazmerreír de la gente», recordó Costa.
«Por lo menos la experiencia de su expulsión sirvió de escarmiento a otros posibles radicales, por lo que en el fondo le estamos agradecidos», razonó el musulmán, que añadió que Kaka «alentaba al odio en sus discursos y estaba a favor de una interpretación a rajatabla de las fuentes islámicas. En el fondo era muy superficial, pero de una superficialidad complementada por el odio. Esto es la esencia misma del integrismo: una frustración social que se manifiesta de esa manera». Costa añadió que desde el caso de este marroquí la mezquita de Santa Eulària «no ha tenido más visitas parecidas». «Pero por si acaso estamos siempre alerta».
Por su parte, el portavoz y tesorero de la Asociación Musulmana de Eivissa y Formentera, Abdelhak Dikki, recuerda que Kaka decía en sus discursos que es necesario regresar de los postulados más puros del Corán y que, durante el Ramadán, en lugar de darles dinero a los musulmanes necesitados había que ayudarles con harina, tal y como indica el libro sagrado. «Decía nada menos que les diéramos 200 kilos de harina, que es lo que dice el Corán, pero esto ya no se hace desde el siglo XVII, porque ya no tiene sentido», puntualizó Dikki.
Al parecer, Kaka también pedía a los musulmanes de Eivissa que cumplieran con ezapak, que consiste en entregar a la comunidad el 2,5% del dinero que no se haya usado en un año.